POV: LISBETH. Juego con mi celular en mano, no he parado de hacerlo desde que desperté, lo mejor sería buscarme un nuevo trabajo y no estar encerrada pensando en llamarlo, pero le había prometido a Bea que intentaría hacer algo. Suspiro hondamente, no sé que hacer, la situación se ha ido de mis manos. Escucho varios toques en la puerta y miro hacia allí, no tengo ganas de hablar con nadie, pero las chicas no tienen la culpa de mi mal humor, ni de mi mal de amor. —Adelante —exclamo. La puerta chilla y pacientemente espero a ver de cuál de las chicas se trata. Veo unos zapatos negros adentrarse a la habitación y levanto la mirada, encontrándome con sus ojos grises. Mi pecho se abre al verlo, trago grueso y lo miro sin parpadear. ¿Qué hace aquí? Sus ojos se clavan en los míos, y