—¿Ahora? —pregunta volteando a verme.
—No habíamos terminado de hablar —aclaro.
—¿Podemos dejarlo para otro momento? —dice con molestia.
—Como quieras —me doy la vuelta y regreso a la cocina con la niña.
¿Cuándo me perdonará? ¿Cuándo dejará de estar dolido?
—Vamos pequeña —le inclino mi mano y ella se baja del pequeño comedor cristalino de la cocina.
Vamos a mi hospedaje donde nos quedamos sentada en el sofá charlando.
—Sé que estás triste, pero mi papá te quiere —me dice con ternura.
Sonrío con una profunda tristeza. La abrazo y ella empieza a acariciar mi cabello.
—Te quiero tanto pequeña —susurro.
—Lo sé.
¿Se podía llevar tan bien con una niña sin tener ningún lazo de sangre?
Los días pasaban y no se daba la oportunidad de hablar con Alex, sabía que me estaba evita
