El día está cálido, justo como me gusta, me pongo un vestido con mangas hasta las muñecas y bajo a la sala donde se encuentran todos reunidos, me siento al lado de mi suegra uniéndome a la conversación.
—Dudo muchísimo que alguien se haya metido a la casa, así que es lógico que uno de los integrantes de la casa haya intoxicado a mi hija, y también a Lisbeth —explica Giordano. —. Se estaba revisando los alimentos y no había nada raro en ello.
—Pudo haber sido una equivocación, o alguna falta en la higiene —comenta Helena y río.
—Justo ahora, lo bueno es que la niña está bien —digo mirándola fijamente a los ojos. Sé perfectamente que ella tiene algo que ver, por tal motivo me desharé de ella más rápido, sí o sí.
—Mi sobrina siempre ha sido saludable, pero no podemos ignorar lo que pa
