Apenas tuve tiempo para dejar el enorme paquete en casa de la abuela Anne. Patricia corrió hacia la habitación donde se quedaba con Gael apenas cruzamos el dintel; mientras dejaba la caja sobre la mesa del comedor creí escuchar un siseo apagado que debía pertenecer a la voz de mi primo y luego la interminable plática de su novia. Marcus estaba en el trabajo así que me ahorré su mirada cargada de reproche, la abuela Anne no tuvo tiempo de someterme a ningún interrogatorio porque huí en cuanto la escuché moverse por la cocina. Si bien estoy consciente que en algún punto debo enfrentar a mi familia, la obligación me hace creer que debo dar explicaciones primero a Alan y a los Beresford. No sería fácil justificar los sucesos, pero no puedo darme por vencida si lo que quiero es arreglar el

