—Tienes que estar bromeando, Leilah —dice Gina con una clara mueca de contrariedad. Luce enfurruñada, tanto, que me recuerda mucho a su hermano Marcus—. ¿En serio es lo que Evan pide?
Me encojo de hombros, porque no estoy convencida del todo de la resolución de mi prometido… aunque tampoco estoy segura de si estaría influenciada por su pedante hermano menor.
La verdad, no me extrañaría para nada.
A su lado, Víctor chasquea la lengua de mal humor y quizás no es hacia mí, sino al limón con patas que pedía nada más y nada menos que sacarlo de la lista de invitados a la boda.
Yo no estoy del todo de acuerdo con esa resolución y francamente la decisión de Evan me tiene de lo más confundida. ¿Por qué seguirle la corriente a Peter en ése estúpido capricho cuando él mismo había rechazado a
