—No sé si sea buena idea tener hijos ahora —hago un mohín, recordando que hacía apenas ocho meses había comenzado a trabajar en el hospital general de San Francisco—. Y además, recuerda que una vez mis hormonas desfasadas dieron una falsa alarma que te dejó algo desanimado, no quiero que vuelva a ocurrir. —Trataré de no ilusionarme demasiado —le lanzo una mirada que evidencia que no le creo ni un poco, el ríe nuevamente—. En serio, amor. Palabra de boyscout. Ruedo los ojos, si hay algo que sé bien es que Evan estuvo en los boyscouts cuando era pequeño, sólo imaginarlo me da ternura. Ahora pretendía engañarme con esa falacia de “palabra de boyscout”, como si no supiera que ya estaba comenzando a emocionarse con la idea de un posible embarazo. Aunque admito que no es el único, siento una

