—¡Déjanos ver el anillo, taruga! —la voz de Hillary casi me hace pegar un respingo, sujeto el engargolado de hojas que cargo encima y me vuelvo a ella con una sonrisa. Lisa sonríe emocionada también al igual que Marion—. ¡Y no digas que no te lo ha dado porque...!
—Aquí está, pelos teñidos —me rio por su amenaza y porque casi me deja sorda cuando comenzó a chillar como loca al enterarse de mi compromiso. Total, soy la tercera amiga que se casa ya que Lisa y Noah también se habían comprometido y se casarían en verano—. ¿Podrías dejar el escándalo? Parece que la que va a casarse eres tú.
Me lanza una mirada agria y no puedo evitar reírme.
—Ahora sí te casarás —me pica para molestarme, ruedo los ojos porque sé bien a lo que se refiere—. Tienes que admitir que es una pregunta lógica, narizo
