—Entonces Rita y tú... —comento como quien no quiere la cosa. —¿En verdad quieres saber sobre eso? —Evan enarca una ceja de pronto, su rostro ha perdido por completo la sonrisa. —Sé que es el pasado, así que si tú… lo hiciste, eso ya no importa —me encojo de hombros. Ni siquiera sé por qué diantres pregunté. La curiosidad mató a Leilah... o al gato. Como sea. —Lo es —suspira Evan, frunciendo luego los labios— Pero sin importar lo que haya pasado, no quiero que eso perturbe nuestro presente, cariño. Ella no es ni jamás fue nada para mí. Muerdo mis labios con la mirada fija en él, sintiendo el vestigio de los celos carcomiendo cada milímetro de mis células. Sin embargo, la mirada confiada de Evan me dedica, es suficiente para creer en su sinceridad. Evan sonríe sardónico, seguramente d

