A pesar de mis pensamientos e incluso sentimientos lúgubres, mi parte racional me recuerda que su partida había sido una remota posibilidad que me había planteado antes. Sólo que esperé que si Leilah decidía esta vez seguir un camino diferente al mío, al menos me lo iba a decir. No esperaba que se fuera así sin más, como si escapara de mí o peor: que lo hiciera en plan de venganza por todo el daño que le había causado. Sacudo la cabeza una y otra vez porque así no es ella, no tiene esa malicia en su corazón sino todo lo contrario. Aunque pensándolo bien; si ella me hubiese dicho que se iba, hubiese usado todas mis artimañas y trucos para evitar que eso ocurriera, quizás por eso se había ido así. —Leilah uno, Evan cero. —murmuro con amargura, pensando cada vez con más frustración que qu

