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4605 Palabras

AMELIA  —¡Elliot! —grité dese la puerta de mi apartamento, miré el reloj y golpeé impaciente el suelo con el tacón de mi bota—. ¡Vamos, Harry Potter, tenemos prisa! Salió con el jersey a medio poner y me mordí labio viendo los músculos que se le marcaban. Era sábado y al día siguiente se marcharía, lo echaría mucho de menos porque estar una semana con él se me hizo muy corta y placentera. Resultó que convivir juntos fue mucho mejor de lo que me podía esperar, me ayudaba con las comidas y fregábamos juntos, y después, le enseñaba más de la ciudad y descubrimos sitios juntos. Ni siquiera celebramos Acción de Gracias, a no ser que pedir pizza y estar todo el día besándonos fuera una celebración; yo lo consideraba porque me lo pasé genial y se me olvidó que estaba lejos de casa por primera v

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