Olivia corrió hacía un pequeño cajón junto a su cama y sacó una pequeña daga. —No te acerques.
Marco sonrió al verla, Olivia podía verse frágil, pero sin duda pelearía hasta el final, por eso es que le gustaba tanto, había esperado mucho para poder hacerla su mujer, y ahora verla siendo de otro, le hervía la sangre —Será mejor para ti que cooperes, no quiero golpear tu bonito rostro.
—Jamás seré tuya—Dijo Olivia y llevó la daga a su cuello.
Aquella acción asustó a Marco. —No hagas tonterías Olivia, no te das cuenta de que te amo de verdad.
—Me das asco.
—Hice todo esto por ti, cuando le dije a tu padre que quería casarme contigo, él se negó, dijo que iba a entregarte al rey Ecbert, tu padre era mas codicioso qué yo, iba a casarte con ese viejo decrépito.
—Eso ya no importa, más te v
