Ethel cenaba en completa soledad, era increíble que ahora que por fin era una mujer casada se sentía mucho más sola que cuando no lo fue. Odiaba a Harald, odiaba qué fuera un hombre tan extraordinario, tan fuerte y varonil, tan deseado por las mujeres, ¿Quién era esa mujer que había logrado cautivarlo tanto?, Ethel sentía que no había mujer más bella qué ella misma, ¿Entonces que vio Harald en alguien más?. —¡Maurice!. Una de las sirvientas de la reina se acercó e hizo una reverencia. —Dígame mi señora. —¿Dónde está mi esposo?, no lo veo desde está mañana. —Uno de los guardias vio al señor Thorbet llegar esta mañana junto con sus hombres, al parecer el señor Harald salió a toda prisa. —¿Salió?, ¿A dónde?. —No lo se señorita, ¿Quiere que investigue?. —Si— Respondió Ethel pensando q