—¡¿T-Tu.. mamá?.. —el miedo me invade. —¡Pero tu me dijiste que ella estaría de viaje en Londres!.
Veo el enfado y la amargura en su rostro. —No te preocupes, ya verás que te ganarás su confianza.
—¡¿Es enserio?!. —espeté con asombro por la forma tan serena en que lo dice y eso me molesta porque es un problema enorme. —¡Bruce!, es tu madre, sabes lo que dicen de ella.
—Mi Ángel, —intenta calmarme pero solo logra lo contrario —Yo se que tu podrás ganarte su confianza. Tu puedes lograr todo lo que te propones.
Al ver esa sonrisa que me hacía aceptar todo sin objeción alguna estaba presente en su rostro y bufando acepte salir y presentarme. Lo sigo detrás pero mi nervios empeoran a cada paso que dábamos. Al verla de espaldas sentada en el sofá pequeño, tragué grueso.
Una mujer de cabello rubio y corto hasta su cuello es lo primero que mis ojos identificaron de la mujer que alguna vez vi en una portada de revista junto a su esposo quienes representaban a una pareja amorosa pese a los años que tienen.
—Ven..
Bruce intenta llevarme hacia donde se encuentra ella, pero mi cuerpo no responde, porque algo dentro de mi, me decía que jamás tendría su aprobación para nuestra relación y tenía miedo que fuera cierto.
—Yo estoy contigo. —mi novio besa mis nudillos castamente. —Pase lo que pase.
El tiempo parecía estar en mi contra, cuando bruce la llama ella se levanta para verlo, tenía una sonrisa feliz pero esta desaparece cuando me ve a mi.
—¿Y está chica?. —me repara de pies a cabeza mientras ladea su cintura. —Ah, no me digas. —mueve su mano con insignificancia mientras se ríe. —Otra de tus conquistas.
Sujeto con fuerza la mano de Bruce dándole a comprender que tenia razón al decir que su madre ya me odia sin siquiera conocerme, porque es cierto me odia.
—No mamá. —de reojo lo veo y noto que esta molesto. —Ella es mi novia. —me toma de la cintura. —Carly Stone.
—¿Estas jugando verdad?. —dice con burla.
—Yo jamás bromeo mamá. —respondió Bruce con frialdad.
Me mira de arriba abajo. —Esta chica no puede ser nada tuyo. —se acerca a nosotros. —Haber, Carly. —el tono en que dijo mi nombre me hizo sentirme insignificante. —Sabias que mi hijo se va casar.
El se escapó de mi cuerpo al escuchar a eso a lo que tanto temo. Intento soltarme de la mano de Bruce dolida pero el no me lo permite.
—¡Basta mamá!. —brinco sobre mi lugar al mismo tiempo que la señora hace al escuchar la voz molesta de su hijo. —¡Ya te dije que no volveré con esa mujerzuela!.
—¡Pero hijo..
—¡Nada mamá!, —bruce se da cuenta del problema al vernos asustada a ambas. —Escucha. —dice mientras pasa su mano por su rostro intentando calmarse. —Si te vas a quedar hazlo, pero no te metas en mi relación con la mujer que amo.
—Pero hijo, ¿como puedes decir que amas a una chica que apenas conoces?.
—En eso te equivocas mamá. Nosotros nos conocemos mucho antes de que yo conociera a Shantall.
—¿Que?.
Mi mente es un lío, de que rayos habla. ¿Cuando nos conocimos?. Porque que yo recuerde la primera vez que lo vi fue cuando chocamos en sus empresas.
—Y será mejor que no vuelvas a insistir con ese tema, porque si hablamos de tomar por esposa, —se aferra de mi cintura. —Tomaré a Carly.
—¡¡Que!!..
—Así que no interfieras más en mi vida.
—¡Hijo!..
—Te advierto que si lo haces, te dejaremos la casa y nos iremos a otro lado donde podamos estar solos. —la señora Harrishford parecía impactada por el comportamiento de su hijo hacia ella. —Vamos Carly, no quiero arruinar nuestro desayuno así que vamos al jardín a desayunar.
Mis nervios estaban a mil, ahora sí me había ganado el odio de su madre, al voltear a verla preocupada, ella me miró con tanto odio que solo me hizo querer salir huyendo.
Asombrada veo a una mujer acercarse hacia donde estábamos con nuestro desayuno, cuando ella se aleja después de habernos dejado el desayuno observo a mi novio esperando una explicación.
—Mama nunca sale sin una empleada. —eso lo explica. —Espero que no te hayas incomodado por lo que pasó.
Observo el desayuno sin mucho apetito, pues desde que vi a la señora Harrishford, mi apetito se esfumó.
—Te puedo hacer una pregunta.
—Supongo que es referente a Shantall. —Y yo asiento en respuesta. Suspira haciendo aún lado su plato. —No es un tema del cual me agrade hablar pero si es para tranquilizarte, te diré lo que deseas saber.
Al principio tenía mis dudas sobre nuestra relación pero ahora, después de haberme presentado con su madre que por cierto, es peor un animal rabioso, ya puedo decir que es oficial lo nuestro.
—¿Quien es Shantall?.
—Ella es la hija de una las familias accionistas de nuestras empresas y por supuesto, mi ex prometida.
—¿Que pasó con ella exactamente?.
Se cruza de brazos observándose fijamente, su vista deja de verme a mi para observar a la nada recordando el pasado.
—Resumiendo, La conocí antes de que mis padres me la presentaran como mi prometida, ella me dejó cautivado por su despampanante y sensual cuerpo.
Mis manos se hacen puños al ver como habla de ella, el jamás me ha dicho dicho que soy sensual y despampanante.
—Al final, frente al altar y todos los invitados, me restregó en la cara que no me amaba si no que amaba a otro, luego se fue corriendo dejándome plantado y humillado.
Me quedo más que asombrada porque eso no me lo esperaba, pensé que el le había engañado o que ella a ella a él, pero jamás me imaginé que le hubiera hecho eso.
—Yo no quise recordarte..
—Prefiero ser yo quien te lo diga, —me mira nuevamente. —Conozco a muchos que te dirán lo peor de mi.
—¿De verdad?.
—Bruce.. —bajo mi cabeza al no saber como preguntarle lo que más deseo saber. —Tú.. ¿La amaste?.
Entrelaza sus manos y apoya su mentón en ellas mientras ladea una sonrisa mientras me mira. Como una tonta me quedo perdida en sus ojos.
—Te mentiría si te dijera que no. Pero a pesar de todo, tu nunca saliste de mi mente ni de mi corazón. —se levanta y se acerca a mí colocándose en cuclillas. —Siempre fuiste tú, siempre fuiste la dueña absoluta de mis sentimientos.
Quería decirle a Bruce que no sabía de que estaba hablando, pero tenia miedo de decírselo y luego me abandone. Así que cambio el tema.
—¿Que piensas de mí?.
Confundido me observa. —¿En que aspecto?.
—Bruce, sabes de qué hablo.
—Ah, —se ríe. —Lo dices por eso. —Sigue riéndose así que lo codeo para que no lo haga. —Carly, si dije eso de Shantall es porque es lo único que tiene.
—¿Y yo?..
—Tu eres tan hermosa y delicada como una muñeca de porcelana, esa nariz ese rostro tan angelical, y esos ojos tan hermosos.. nuestras miradas se conectan. —el cuerpo de Shantall es el más hermoso que una mujer puede tener.
Comienzo a sentirme acongojada. —Si claro.
—Tú no eres como ella mi Ángel, porque tu cuerpo es tan perfecto, en cambio ella tenía muchos defectos. —su pulgar no deja de acariciar mis manos. —Sabes, ahora me arrepiento mil veces de no haberte buscado antes. Si lo hubiera hecho, tú y yo estaríamos celebrando nuestro primer aniversario.
—¿Tan seguro estás? —suelto una risita. —Tal vez podría haber sido distinto.
—Sea como sea, la forma en que nos conociéramos, los resultados serían los mismos, —se levanta y me besa tiernamente. —¿No crees?.
Lo abrazo con fuerza porque tenia razón. —Seria inevitable no amarlo señor Harrishford.
Me levanto de mi lugar y asustando me un poco me suspende al cagarme de forma nupcial. En verdad no podía pedirle más a la vida que un hombre como él a mi lado, era tan lindo amoroso aunque verlo enfadado fue de mi total sorpresa y más con su madre, lo que me extraña es que su comportamiento cariñoso y dulce solo es conmigo.
Pasaron las horas y en todo este tiempo no pude tener paz después del desayuno porque la mamá de Bruce se encargó de invadir nuestra privacidad todo el tiempo.
Pero lo peor no es eso, ya que Bruce debía salir y arreglar un problema en su oficina y le tomaría seis horas en ida y vencida y yo no quería quedarme sola con su madre.
—¿Quieres que te acompañe?. —pregunto ocultando mi miedo mientras lo ayudo a colocarse el abrigo. —Así tenemos algo de tiempo juntos.
Acuna mi rostro para besarme —Se que mi madre te intimida, pero se que podrás convivir con ella por seis horas.
—Bruce, tu madre me odia.
—Claro que no.
—Por supuesto que si, y todo porque no..
—Oye, oye, el que no seas de buena posición social no te hace mejor persona. —toma mi mentón. —Tu eres la mejor en todo. Se que podrás con ella.
—Por favor, no te tardes.
—Vendré lo más pronto posible.
Con mis nervios alterados, lo acompaño hasta su auto, mis manos comienzan a sudar pese a que hace mucho frío afuera, y el sudor es más fuerte al ver que el auto desaparece de mi vista.
Volteo hacia la casa, y veo a la señora Harrishford, observarme en la ventana de su habitación, su mirada era tan intimidante que no logré sostener mi mirada fija en la suya.
Preocupada de que intentara buscarme problemas entro a la casa y subo para encerrarme en mi habitación y no salir hasta que Bruce vuelva.
Durante el tiempo que permanecí encerrada en la habitación, observé todo el tiempo la hora en mi celular y no podía creer que solo había pasado tres horas. He visto la silueta de alguien debajo de la puerta un par de veces pero gracias a dios, no han tocado.
Ya se acercaba la hora de cenar y la empleada de la señora Harrishford aún no ha llegado para avisarme y tal vez sea porque cree que soy un cero a la izquierda.
—Señorita.. —vaya que me sorprendió al escuchar su voz.
—¡Si!..
—La señora Lucia pide que baje a cenar con ella.
"No, no, no, de seguro ella solo quiere que baje para decirme un montón de cosas y más preguntarme sobre mi vida".
—Dígale que no tengo hambre.
—Lo siento señorita pero es descortés de su parte si deja a la señora cenar sola.
¡¿Que?!, ¿Descortés?. No esto debe ser un engaño. La puerta fue golpeada nuevamente y mientras me como las uñas le digo a la empleada que no insista.
—Soy yo cielo, podrías bajar a cenar conmigo.
Mi piel se eriza al escuchar la voz amable de la señora Lucia, fruncí el ceño pues porque estaba siendo amable conmigo.
Mi mente se debate entre sí abrir o no la puerta, pero tenía razón Bruce, yo puedo con esto, además, ¿que podría pasarme?. Solo es una cena con una mujer que odia a las chicas como yo.
Abro la puerta y asombrada y asustada al mismo tiempo, veo su sonrisa, la empleada ya no estaba , solo estaba ella y eso es extraño.
—Vamos, —me invita sin dejar de sonreír. —No muerdo cielo, claro, siempre y cuando no me provoquen.
Con desconfianza y preparándome para lo que sea que intente hacer, la sigo hasta el comedor, la empleada nos sirve la cena a ambas, la señora lucia solo observa su plato pero en cambio yo, no le Quito la vista de encima.
—Así que.. eres la novia de Bruce. Y dime..
—Carly. —le recuerdo mi nombre al ver que intenta recordarlo.
—Ah claro, Carly, dime algo, ¿Tu y mi hija ya se han acostado?. Aunque puedo suponer que si.
—Supone bien. —murmuro sin probar bocado porque no confiaba en ella en lo absoluto.
—Era de esperarse. —la forma en cómo lo dice fue como si yo fuera una cualquiera cuando anoche fue mi primera vez con un hombre. —Todas son así.
Eso colmó mi paciencia. —¡Ya estuvo de sus indirectas quiere!.
—¡Vaya!, —se ríe sin esperarse mi actitud. —Así que la mosquita muerta se enfadó.
—Ya sabía yo que las víboras jamás dejan de lanzar veneno. —escupí molesta y ella me mira con soberbia. —¿Qué se propone con todo esto?.
Tira el cubierto sobre el plato para observarme con seriedad. —Haber mujerzuela, se que tu única ambición es el dinero como todas, así que te lo preguntaré sin rodeos, ¿cuánto quieres para largarte de la vida de Bruce?.
—¡¡¿Qué?!!..