Al día siguiente, cuando el príncipe despertó, ya Catalina estaba en pie, mirando a lo lejos en su balcón, desde donde tenía una vista perfecta del pueblo de Bratva, estando allí, la mujer se preguntó si quizá ella realmente iba a ser capaz de poder gobernar junto a Benjamín, porque, aunque sabía que su papel como su acompañante no era tan importante como el del propio rey, si era cierto que iba a tener que cumplir con ciertas responsabilidades, tal cual como lo había dicho Alice. La mujer suspiró y entonces se preguntó porque todo tenía que ser siempre tan difícil, porque parecía enamorarse únicamente de aquellos hombres complicados. Primero de un líder de la mafia y después de un príncipe. Nunca podía ser nadie normal, como Taylor, un simple guardaespaldas. ¿Es que acaso había algo e

