–Al camarero le asignaron poner drogas en dos vasos de bebida. Una es un somnífero, mientras que la otra es un estimulante – explicó Jeremy a Connor, quien escuchaba con atención. El corazón de Connor de repente se aceleró. Esa noche, se suponía que el único trago que tendría droga sería el de esa chica, sin embargo, sería solo un poco que la pusiera somnolienta, no lo suficiente como para hacerle daño realmente. Connor había propuesto hacer las cosas más sencillas, no cometer un delito. Pero alguien había puesto más somnífero en la bebida de ella y en la de Connor también habían puesto un estimulante que lo había convertido a él en una bestia que necesitaba satisfacción. Esa noche a Connor solo le importó su libido. En ese momento todo comenzaba a tener más claridad. –Ambos somos víc