En lugar de titubear, Sofia le devolvió la mirada de agresividad.
–Tú tampoco sabes nada sobre la vida de los demás, pero siempre juzgas. Nunca perdonas sus errores y siempre piensas que no son mejores que tú.
–¿Entonces, eres mejor que yo?
Sofia intentó sacudir la cabeza, pero sus movimientos estaban limitados. Su expresión se volvió más fría y rígida.
–No. Nunca me comparo con nadie. Lo que es importante para mí es vivir la vida lo mejor posible. No me importa lo que los demás piensen de mí porque la verdad solo está en mi mente.
–¡Qué tontería! Eres una hipócrita, si realmente no te importara lo que los demás piensan entonces no te interesaría lo que podrían llegar a decir si nosotros tenemos algo.
–Eso es porque no soporto tu actitud arbitraria. Solo porque eres un gran CE
