Horas después
Después de unas pocas paradas en el camino, llegamos a nuestro primer destino por llamarlo de alguna manera… Esquel, provincia de Chubut, y debo decir que es encantador con tal solo mirarlo. Nunca hubiera imaginado que habría tantas bellezas escondidas por tantos rincones del país, pero Neizan parece un experto en centrarlas todas. Él para la moto en una esquina y se saca el casco para mirarme —Nena, sácate el casco y mira para el frente— Me pide y como todo un caballero, sale de la moto y me ayuda a sacarme el casco para que así pueda ver a lo que se refería.
Frente a nosotros hay una avenida de dos vías que son divididas por unos preciosos arboles de los cuales desconozco el nombre pero que toda su copa es color lila y por si esto fuera poco, en el fondo se ve la cordil
