Capítulo 5. Me gusta. ■■■■■■■■■ —¿De que hablas Noah?. —Solo digo, que ni tu, ni yo tenemos tiempo para cuidar este hogar, tu estas fuera todo el día y yo igual, podemos contratar un servicio de limpieza, que vengan a limpiar la casa dos o tres días a la semana. —Pero la casa casi siempre está limpia. No quería perder los estribos con Maggie, pero a veces me colmaba la paciencia, en nuestras peleas, siempre era yo el que cedía, el que al final guardaba silencio para evitar más corajes. —¿Y te has preguntado por qué?. Ella frunció el ceño y negó, —Somos adultos Noah, podemos limpiar nuestro propio desorden. Yo asentí, estaba cansado. —Muy bien, pues entonces limpia tu. —¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Por qué soy la mujer?. —No, porque este desorden es todo tuyo, la cafetera que dejaste su