Jugo, frutas y una mezcla de carnes frías es lo que estamos disfrutando frente a la playa.
Adán no ha dicho nada desde que nos sentamos a comer, en parte lo agradezco por qué me siento extraña haciendo esto con él.
—¿Puedo preguntar quien es esa mujer?
—¿Qué mujer?
—La chica con la que tuviste sexo delante de mi.
—Oh ella, pues es una de mis empleadas pero no oficiales. Ella trabaja en otro lado y solo venía a casa cuando necesitaba sacar un poco la frustración.
—Ya veo.
—¿Estás celosa? –cuestiona y sonríe pero luego mi cara debe ser horrible por qué deja de hacerlo–, es broma, no te enojes.
—Solo tenía curiosidad. –confieso por qué creí que ella ya no existiría más.
—Ni siquiera recuerdo su nombre. –suelta de pronto y se ríe como si fuera gracioso.
—Eso es muy idiota d
