Matías Estos tres años que llevaba trabajando rudo y sin descanso en la estación de policía, siendo al principio una especie de pelele, al cual creían que podían mangonear sin ningún descaro, pero el cual les demostró a todos, a base de disciplina, horas de insomnio y determinación, lo equivocados que estaban, no habían sido nada en comparación a ahora. Estaba furioso. Está vez en verdad alguien había logrado tocar la maldita vena en mi frente y está no dejaba de palpitar con irá. Todo había comenzado hace dos semanas, luego de una maldita detención. El día que arrestamos al arrogante de Tobías Montes Acuña y a tres de sus amigos, Isaías Capetti, Luciano Salvatierra y Bautista More, sabíamos que las cosas se nos complicarían. Es que no habían pasado ni dos horas, cuando estábamos re

