Dos Semanas Después... Observo a mi esposo acomodarse los puños de su camisa y siento como mis hormonas revolucionan, pero no puedo lanzarme sobre él para que tengamos sexo porque tengo una reunión en una hora y Baltazar debe viajar a Berlín. - Si sigues viéndome así perderé el vuelo – dice sacándome de mis pensamientos. - Vas en avión privado – digo y él ríe, escuchamos que tocan la puerta – Adelante – veo que entra Mila con nuestro desayuno y nuestros bebés entran tras ella. Cuando siento el olor a beicon, se me revuelve el estómago haciéndome correr al baño a vomitar. - ¿estás bien? – siento una de sus manos sostener mi cabello y con la otra acariciar mi espalda. – cancelare el viaje. – dice preocupado - No es nada – digo enderez

