Alessandra. -¡Lo sé, sé que no te he dado nada, pero por el amor a Dios, ¿Podrías dejar de presionar un poco ?! - Le grite al teléfono a papá, él en realidad no entendía lo complicado que era ganarse la confianza de un ego maniaco como Nathaniel Brown, no era un niño, no era un pequeño y más que inocente, era bastante retorcido y difícil de manejar. -Me haces creer que este trabajo te va a quedar imposible, bonita. -Pues si eso es lo que crees deberías ir buscando a otro conejito de indias para tu experimento- Colgué, esa mañana no estaba de ánimos para chorradas, el café se me había derramado en la blusa color lila que me había puesto en primer lugar, y la alarma había estado en su volumen máximo lo que me había hecho dar jaqueca. En este momento realmente quería una de dos cosas, o