○○◘◘••♥♥♥••◘◘○○ Ya había pasado una semana en la que prácticamente no dejaba a Fer irse a su apartamento después de que yo llegaba de trabajar. No quería perder la oportunidad de estar con él, cenar juntos, leer sus libros recostada contra su pecho, mientras él revisaba fotografías de su trabajo y al terminar acariciaba mi cabello, dejándome casi al borde ser sueño. Nuevamente me estaba llevando alzada en sus brazos, donde me siento como entre unas ricas, cómodas y calientes nubes. Me deja sobre mi cama y antes de que se aleje, le paso el brazo por encima y lo hago acostar a mi lado. —Eres “mi cielo” —digo entredormida y él se acomoda a mi lado, abrazándome contra su pecho y nos quedamos dormidos. (…) Suena la alarma de mi celular, anunciando lo que más odio, desde que estoy con Fe

