La venganza de Teresa

1534 Palabras

Capítulo 34 Teresa Anoche apenas pude conciliar el sueño, consumida por el coraje. Ahora, aquí en la soledad de mi habitación, la rabia sigue siendo un fuego descontrolado que me devora. Siento cómo me quema desde las entrañas, extendiéndose por cada vena, hirviéndome la sangre. Mis puños se aprietan, las uñas se clavan en la palma de mi mano, y el dolor físico es una bienvenida distracción comparado con la furia que me ahoga. Camino de un lado a otro, una leona enjaulada, el aire cargado con el eco de mi propia indignación. ¿Cómo se atrevieron? ¿Cómo se atrevieron a tratar a mi Vladímir así? ¡Mi hijo! Lo acusaron de robo, lo humillaron delante de todos, lo expulsaron de su propia casa, ¡Y luego se quedaron ahí abajo, como si nada, gozando de su tranquilidad! Esa Mariana, con esa risa b

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