Capítulo 9. Ella está bajo mi protección

1128 Palabras
El trayecto a la ciudad es demasiado largo para el alfa Kael. En varias ocasiones ordena a Osman que acelere, a pesar de que ya van a alta velocidad. Para suerte de ambos, estos caminos de tierra son desérticos, ya que solo se utilizan para llegar a la manada y ellos lo conocen hasta con los ojos cerrados. —¿Vas a decirme qué pasa? —indaga Osman a su amigo—. ¿Por qué esa mujer es tan importante? Desde que pasaste la noche con ella en aquel hotel, estás muy extraño. Y… no es necesario que niegues, nos conocemos desde que éramos bebés. Kael suspira. Hablarlo con Osman tal vez pueda ayudar a reducir el estrés que carga. —Ella… es mi compañera destinada —confirma lo que su amigo ya sospechaba, en especial cuando él nunca elegiría a una humana para pasar la noche. Hay un silencio abrumador dentro del vehículo tras su declaración. —¿Qué vas a hacer con Erika? Debes hablar con tu padre, él necesita saber que la encontraste. —No le diré nada a mi padre, no la reclamaré. Es una humana. ¿Crees que merece el puesto de luna de una de las manadas más grandes de Europa cuando no es capaz de cuidarse sola? —¿Qué pasará con Erika? ¿Vas a decirle? —Seguiremos con nuestros planes como hasta ahora. No tengo por qué complicar las cosas. Ella no es importante. Un nuevo silencio se cierne sobre ellos. —¿Por qué vamos a rescatarla ahora si ella no es importante? ¿Por qué no simplemente dejas que pase lo que tenga que pasar? —Es mi maldita compañera, Osman. Si algo le sucede, tanto Ryder como yo vamos a sufrir las consecuencias. Aunque nunca la reclame, mi lobo ya la olfateó, la reconoció, no puedo dejarla a merced de esos malditos. Al menos no hasta que oiga un rechazo. —¿Entonces ese es tu plan? ¿Mantenerla oculta? ¿Qué pasará con ella cuando marques a Erika? El alfa vuelve a suspirar. —Es una humana, no tiene idea del vínculo, no va a afectar a su vida lo que yo haga con Erika. Osman niega. —¿Olvidas lo que le pasó con Elvira? También era una humana, Kael. Independientemente de conocer el vínculo, ella sintió incomodidades, hasta entró en celo una semana después de conocer a tu padre y él todavía no le había confesado que es un hombre lobo. La diosa lunar nunca se equivoca. Un amargor sube por el estómago del alfa hasta su garganta. Odia que su padre se haya unido a ella. No cometerá el mismo error que él. No mandará a su manada a la ruina solo por una humana. —El vínculo terminará afectándote, también a ella, de algún modo. Llegará el día en que no podrás ocultarlo. ¿Qué harás entonces? —insiste su amigo—. Todavía faltan semanas para la siguiente luna. —Ella estará lejos, yo estaré con Erika, nos marcaremos mutuamente. En ese momento todo lo relacionado con Aria pasará a último plano. Ryder gruñe dentro de la cabeza del alfa. No le gusta esta idea. Osman tampoco está de acuerdo, pero no puede intervenir. Kael es su alfa, lo único que puede hacer es obedecerlo. —El alfa Esteban me hará preguntas y… —Y no le dirás nada de lo que hemos hablado aquí —ordena Kael—. Es una orden alfa. Si confié en ti es porque eres mi amigo y mi beta. No me defraudes. Osman asiente. En ese momento, el camino de tierra termina dando lugar a la carretera principal que lleva a la ciudad. Quince minutos después, entran al estacionamiento del hotel. Kael y Osman salen a toda prisa, suben al piso y, ya frente a la puerta, el beta lo detiene. —Es peligroso. Debemos tener un plan antes de entrar. El rastreador dijo que son más de seis hombres, además del líder. No podemos pelear aquí, es territorio neutral. Vamos a ser sancionados. —No pelearemos —responde Kael—, a menos que sea necesario. Sacaré a Aria de allí y nos iremos. Osman lo vuelve a detener. —¿Y el hermano? Los ojos de Kael se tornan de un naranja muy brillante. —Él ya está muerto. Ryder puede olfatear su cuerpo inerte. —Un humano muerto en manos de renegados, va a desatar el caos si se llega a filtrar la noticia. ¿Estás seguro de que quieres involucrarte? Kael asiente, agarra la perilla de la puerta y la abre sin mucho esfuerzo. Sus ojos escanean rápidamente el sitio. Su aura está expandida lo suficiente como para que los hombres de Xavier retrocedan varios pasos y muestren sus cuellos. Todos saben quién es él. Desde hace cuatro años, cuando tomó el mando de la manada Claro de luna, muchos han intentado derribarlo, pero ninguno es tan fuerte ni tan listo como para lograrlo. Xavier, el hombre de la cicatriz, permanece sereno. Los acuerdos son claros, él no puede inmiscuirse en los asuntos de ellos, menos en territorio neutral. —¿A qué debo el honor de su visita, Kael Shadowfang? Como podrá ver, estoy en una reunión de negocios ahora. El alfa escudriña a Xavier, luego a la mujer tirada en la alfombra. Ryder está arañando por salir y matarlos a todos al ver la sangre que brota de la frente de Aria. Sabe que ninguno de los que están allí, son rivales para él y los hará pedazos en menos de un minuto, pero Kael lo contiene. La vista de Aria está fija en los dos hombres que acaban de entrar. Su temor se acrecienta. ¿Quiénes son? ¿También vienen para lastimarla? Cuando sus ojos se encuentran con los de Kael, un extraño escalofrío se extiende por todo su cuerpo. Su piel se eriza. Esa mirada… ¿Dónde la vio antes? —Vengo por Aria Flynn. —Kael mantiene la voz serena y la vista en Xavier—. Según los acuerdos, no puedes tenerla presa. Su hermano ya está muerto, no querrás pagar las consecuencias por dos muertes humanas. ¿No es así? Ella está bajo mi protección. Aria queda perpleja ante lo que acaba de oír. ¿Quién es y por qué dice que viene por ella? Hay algo en él que la tiene confundida. No es un hombre común, eso puede verlo, pero ¿por qué dice que ella está bajo su protección? Xavier, incrédulo, mira a Aria, luego al alfa y a su beta, que está detrás de él. Una humana protegida por la manada Claro de Luna es un dato que sin duda va a interesar mucho a su jefe.
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