Pasión y poder, fuego y desenfreno es lo que siento en estos momentos, aún sin poderme creer la locura en la que estoy envuelto.
Tener sexo en un auto era algo que nunca había experimentado, nunca había sido tan arrojado a cometer un acto así de imprudente, sobre todo al considerar que nos encontrábamos en un sitio público, donde podíamos ser fácilmente descubiertos y por ende, castigados por las autoridades.
Pero las palabras de la danzarina en ese tono increíblemente sensual había provocado un corto circuito en mi cerebro y eso, aunado a mi deseo efervescente que tenía por hacerla mía de manera inmediata, fueron suficientes para encontrarnos en la situación de ahora.
De hecho, la adrenalina que recorre mi cuerpo de que seamos descubiertos de un momento a otro sólo me hace sentir más
