Comenzando el mes de octubre Cristián respiró profundamente, a su lado estaba Luisa, bastante impresionada. – De acuerdo – dijo ella – ¿qué harás ahora?, porque si no lo reportamos, nos volvemos cómplices y mi empresa acaba de comenzar, no me sirven los problemas legales. Cristián asintió – tienes razón. Tenemos que reportarlo – dijo y tomó su celular – hazme un favor, quédate aquí. Leo respondió la llamada – hola. – ¿A qué hora estás libre? Leo miró a Regina, que estaba del otro lado, en una oficina de paredes de cristal revisando los diseños de los banners que usarían para la nueva campaña. – Después de las siete, ¿por? – Tenemos que reunirnos, encontramos algo y es muy importante. Leo asintió – estaremos allá. Luisa jaló el brazo de Cristián para hacerle un importante recordato

