Alejandro
Suelto una risa cuando la veo, la observo de arriba abajo sin poder creer el cambio de apariencia que tiene. Claramente, esta mujer no está hecha para shorts de jean, vestidos sueltos o camisas rotas, sino que está hecha para demostrar elegancia y estilo.
No puedo parar de mirarla. Yo sabía que ese vestido le iba a quedar perfecto, pero jamás pensé que se vería tan bien. Esto solo me termina de demostrar cómo cualquier mujer puede ser otra solo con un cambio de vestuario. Me siento idiota, pero no paro de sonreír.
—¡Guau! —expreso sin poder articular otra palabra—. Ahora sí está como merece, como lo que es, una verdadera reina.
Noto un leve sonrojo en sus mejillas y me sonríe.
—Gracias —dice casi en un susurro.
Le abro la puerta del auto y espero a que entre para
