Capítulo 3
Narra Lisa
Héctor y yo estamos en la sala de espera esperando nuestro vuelo, nos quedamos viendo cómo diciendo no me quiero ir.
Y en eso anuncian nuestro vuelo por la bocina y nos levantamos vamos hacia la puerta para ir al avión y al subirnos nos sentamos en nuestros asientos, me pongo los audífonos y me pongo a escuchar David Bisbal y finalmente me quedo dormida.
Siento que Héctor me despierta.
–¿Qué te pasa hermano, porque me despiertas?– me quejo.
–Hermana ya llegamos a Los Mochis–
Dice levantándose del asiento.
Suelto un suspiro.
–Ojalá nos vaya muy bien aquí con mamá y que tú no corras peligro hermanita– dice Héctor.
–Ya se– dije un poco animada.
Nos damos un sonrisa.
Bajamos y agarramos nuestras maletas, vamos a la entrada del aeropuerto y vemos a lo lejos un letrero que dice BIENVENIDOS HÉCTOR y LISA.
Volteo a ver a Héctor y el hace lo mismo, caminamos hacia mamá nos abraza con mucho amor.
Mamá es una mujer muy hermosa piel blanca, cuerpo delgado, ojos como los míos color azul cielo, su cabello esta teñido de color rubio cenizo se le ve hermoso, esta vestida con un vestido corto floreado corto y zapatos altos color beige, nosotras somos muy parecidas.
Mi hermano salió igual a papá, es güero ojos verdes.
–Mis hijos queridos bienvenidos, no saben cómo los he extrañado estoy feliz que vayan a estar conmigo–.
–Gracias mamá nosotros también te extrañamos hace dos años que no nos veíamos, cuando fuiste a mi fiesta de xv con Manuel y Michelle– digo.
–Vamos a casa deben de estar cansados y con hambre Nancy preparo una cena de bienvenida les va a encantar–.
(**)
Salimos del aeropuerto, llegamos a la camioneta de mamá es una Kia Sportage 2021 color blanca, me senté en el copiloto, íbamos platicando con mamá no fue para nada incómodo.
Llegamos a casa, es una casa muy bonita por fuera mamá abrió el portón y se ve hermosa tiene una fuente hermosa, acomoda la camioneta Héctor y yo bajamos está igual como la última vez que vinimos, solo había carros más nuevos, el yate, la cuatrimoto Yamaha color azul asiento de cuero color n***o y una moto muy bonita Harley Davidson color gris asiento de cuero color n***o.
–Que bonita moto decimos mi hermano y yo– mientras la tocábamos– ¿De quién es?– preguntamos.
–De mi cuñado Martín–. Dice mamá
Con voz dulce. Nos sonreímos entre nosotros.
Mamá habré la puerta, al entrar a la casa color blanca, caminamos y subimos un escalón.
Las escaleras son forma ovalada están en el medio del pasillo enfrente de la puerta de la entrada está la sala de estar, hay muchas fotografías de la familia y enfrente está el comedor, la cocina está aún lado de la puerta de la entrada también hay un cuarto de juegos, aún lado de la cocina en el lado derecho de la puerta de la entrada está una habitación.
El jardín está enorme abro la ventana de cristal que da para afuera, doy un recorrido, me encanta recuerdo la primera vez que vinimos Héctor y yo quedamos impresionados, tiene una gran piscina, tres camastros, juegos infantiles, brincolín, un cuarto de gimnasio, un despacho y también hay un comedor muy bonito de cristal con diez sillas
–Esta igual que la última vez que vinimos solo han cambiado la sala– murmura Héctor.
–Ya se, está muy bonita vamos adentro que hace mucho calor y quiero ir a mi habitación para darme un baño– le digo en tono gentil. Entramos y mamá nos presenta a Nancy.
–Nancy mira te presento a mis hijos, Héctor y Lisa– dice mamá.
Nos sonríe y le devolvemos la sonrisa.
–Hola bienvenidos– dice Nancy.
Nos dirige una sonrisa.
–Gracias– decimos Héctor y yo con una sonrisa.
Nancy es alta, delgada, piel morena clara, cabello obscuro.
–En un rato vas a la habitación de Héctor y Lisa, guardas la ropa dentro del closets, por favor, ¿en dónde están mis niñas?– pregunta mamá con cierto toque de preocupación.
–Están dormiditas, no te preocupes, vengo de su habitación– dice Nancy.
–Ok Nancy, iré a mi habitación te encargo a mis niños por favor, dales lo que necesiten, quiero que se sientan en casa, al rato nos vemos mis amores– dice mamá con tono dulce mientras nos regala una sonrisa.
Héctor y yo asentimos con la cabeza y le sonreímos.
Mi hermano y yo nos dirigimos a la planta alta, para ir a nuestras habitaciones.
La planta de arriba es muy bonita tiene sala de tv, la sala de tv se ve en cuanto subimos las escaleras, está por la izquierda pegada a la pared hay dos sillones color beige muy bonitos al fondo de tras del sillón más grande se ven cuatro habitaciones, por ahí está la habitación de mi hermano. Mi hermano y yo nos despedimos para ir a nuestras habitaciones.
–Nos vemos al rato hermanita– dice mientras camina hacia su habitación.
Me dirijo a mi habitación que es la que está a la derecha al subir las escaleras, hay tres habitaciones y un pequeño balcón que da al jardín. Entro a mi habitación esta muy bonita es color blanco la cama es tipo king size tiene una sábana roja encima un edredón blanco con flores rojas, es muy suave y cálido.
Saco mi celular y mi cargador de mi bolsa de mano y mando un w******p al grupo de la familia Santibáñez diciendo que mi hermano y yo ya estamos con mamá, papá responde diciendo “que bueno princesa cuídense muchos los amamos” después de responderle a papá el mensaje diciéndole que nosotros también los amamos conecto mi celular y lo dejo en la mesita de noche.
Me meto al baño, está de buen tamaño, tiene toallas limpias color blanco me doy una ducha, salgo del baño agarró mi maleta, agarro mi desodorante, me pongo, después agarró ropa interior y me la pongo.
Busco algo cómodo que ponerme, me decido por un shorts de mezclilla y una blusa blanca con diseño de flores mangas a los hombros, busco mis sandalias de piso color doradas, me siento en la cama y me las pongo, después agarro mi cepillo de la maleta, me cepillo mi cabello con mucho cuidado busco mi broche de mariposa con piedritas rosadas, agarro mechón de cabello y me lo pongo.
En mi bolsa de maquillaje, agarro mi polvo me lo aplicó me enchino las pestañas, me aplicó poco de rímel después me aplicó poco de rubor a lo último me pongo un labial color nude, me pongo perfume y mi cadena con dije de corazón, me doy un último vistazo al espejo antes de salir me gusta como me veo me acomodo poco mi cabello y tomo mi celular.
Salgo de mi habitación y choco con Martín un hombre alto piel blanca cuerpo delgado musculoso, su cabello es color castaño corto, ojos grises claro, tiene una playera Polo color gris le resalta muy bien con sus hermosos ojos, pantalón de mezclilla y tenis Nike negros, oh my god que guapo está el hermano de Manuel, está más guapo en persona que en fotos.
En cuanto chocamos nuestras miradas se cruzaron es como si nuestras miradas se estuvieran comunicando, no nos podemos dejar de mirar.
Siento que me he enamorado a primera vista “que absurdo el amor a primera vista no existe” de inmediato desecho esa idea loca que viene a mi mente.
–Perdón… no te vi, eres Martín el hermano de Manuel– le digo con voz coqueta.
Le sonrío coquetamente
–Tu eres Lisa, la hija de Sonia– me dice sorprendido.
–Así es, mucho gusto– le esbozo una sonrisa estrechándole la mano, me responde cuando siento su mano en la mía sentí un escalofrío en mi cuerpo.
–Que hermoso nombre tienes– susurro con una sonrisa.
–Gracias el tuyo también es hermoso– me dice.
Me dedica una pequeña sonrisa.
–Gracias– respondo coquetamente.
Bajamos fuimos al comedor ahí estaban mi mamá, mi hermano, Manuel y Michelle. En cuanto bajamos mi mamá se me queda viendo asombrada.
–Wow mi niña estás hermosa– dice mamá con una sonrisa.
–Gracias mamá tu también te ves hermosa la belleza lo heredé de ti–.
Nos reímos entre nosotras.
–El es mi cuñado Martín por lo que veo ya se conocieron– dice mamá.
–Si nos reconocimos por la fotos que hay en la casa cuando nos vimos en el pasillo al salir de nuestras habitaciones– esbozo con una sonrisa.
Me dirijo a saludar a Manuel y a Michelle.
–Hola ¿cómo están? que gusto de volverlos a ver después de dos años– digo con alegría. Abrazo primero a Michelle y nos damos un beso en la mejilla, después me voy con Manuel nos abrazamos y me da un beso en la mejilla.
Michelle es blanca, su cabello es lacio lo tiene teñido de rubio claro me encanta como se le ve, cuerpo delgado, ojos color grises tiene un parecido con Martín, esta vestida con pantalón de mezclilla, blusa color melón y zapatos negros con piedras.
–Bienvenida hija me alegro que tú hermano y tu estén aquí con nosotros– me dice con alegría. Manuel es alto cabello castaño oscuro, ojos marrón, está vestido con camisa gris con rayas, pantalón de mezclilla y tenis Converse negros.
–Siiii… que emoción cuando, Sonia dijo que vendrían ayude a Nancy arreglar sus habitaciones, pero mírate estas hermosa tienes un cuerpazo, me encanta como se te ve esa ropa luego me la prestas– dice Michelle con felicidad.
Suelto un risa.
–Gracias Michelle, si cuando quieras te la presto– le digo.
Nos sonreímos entre nosotras.
Me siento aún lado de Martín siento que se pone nervioso no pude evitar sonreír.
Nancy llega con platos de comida, es corte de carne.
–Nancy no tienes una ensalada, algo así más ligero?–.
–Si niña Lisa, ahorita te la traigo– Héctor se me queda viendo y yo lo ignoro también noto la miradas de los demás mamá me pregunta…
–¿Hija que pasa porque pediste ensalada?, Si Nancy lo preparo especialmente para ustedes para darles la bienvenida– dice mamá con voz suave.
–Nancy no me traigas la ensalada, quiero corte de carne como los demás– digo.
Tragó saliva al pensar que debo comerme todo lo que me sirvan.
–Cariño si no quieres comer eso no pasa nada no tienes que comerlo a la fuerza– dice mamá con dulzura.
–Está bien mamá una ves que pierda la dieta no me pasará nada– río. Nancy trae una botella de vino tinto y nos sirve yo estoy muy nerviosa pero trato de que no me lo noten y me pongo a cenar normalmente como si nada me pasará, terminamos de cenar y Nancy trae arroz con leche.
Martín me ve raro por la forma que veo el postre y se da cuenta que algo me pasa yo solo le sonrió, Héctor se da cuenta y me mira suena mi celular y es un w******p de Héctor, diciendo “Lisa tienes que disimular cálmate por favor deja de hacer caras tu puedes hermanita tienes que dejar de hacer esa idiotez”.
Cruzo mi mirada con mi hermano y le sonrío.
–Mañana iremos a Mazatlán, así que estén listos que saldremos a las 8am– comunica mamá.
–Que genial mamá!– Héctor responde con felicidad.
–Iré a acomodar las cosas del joven Héctor y de la niña Lisa– le dice Nancy a mamá.
–Esta bien aquí si ocupamos algo nosotros nos las arreglamos– dice mamá.
Después de cenar todos van a la sala para charlar, menos Martín quien se a retirado a su habitación y yo también pido permiso para retirarme, pues siento como me da nauseas la cena, cuando voy por el pasillo me encuentro con Martín y le paso por un lado.
Llegó a mi habitación, cierro la puerta y me dirijo al baño e introduzco mi dedo a mi boca, y saco todo lo que cene, después lavo mi cara y mi boca, me suelto a llorar quiero parar con esto, pero no puedo, esto es más fuerte que yo. Me tiró en la cama, y me quedo mirando fijamente al techo, pienso en lo horrible que es querer parar con esta enfermedad y me siento terriblemente avergonzada con mi familia por lo que pasó en el comedor, siento como los ojos me pesan de tanto llorar, doy una y otra vuelta en la cama para tratar de conciliar el sueño, hasta que me quedo profundamente dormida…
(***)
Estoy acostada, escucho como alguien trata de abrir la puerta de mi recamara, me tapo de pies a cabeza, tratando de protegerme, la puerta se abre y escucho como unos pasos resuenan en el piso una y otra vez hasta que se detiene en el costado de mi cama.
–Al fin te he encontrado cariño– su voz malévola resuena en mis tímpanos. Mi respiración se entrecorta y siento como el pánico se va apoderando de mí, gotitas de sudor brotan y ruedan por mi frente, pero estoy estática, en estado de alerta, como si eso pudiese protegerme. Y entonces siento como sus manos ruedan por mi cuerpo.
–¡No! ¡No! ¡Suéltame! ¡No me toques!– trato de pedir ayuda, pero siento como si mi voz no saliera de mis cuerdas vocales. Las manos de Oscar siguen por mi cuerpo de manera maliciosa con toda la intención de dañarme y lo único que puedo hacer es manotear y gritar…
Me incorporo de golpe, el sudor rueda por mi frente y mi respiración es agitada, miro a todos lados y doy gracias al cielo por estar sola en mi habitación y que esto es nada más una horrible pesadilla.
Poco a poco voy recobrando la tranquilidad, pero me siento sofocada, mis pulmones me reclaman por aire libre, me levanto de la cama, me pongo mis sandalias y salgo de mi habitación, todas las luces están apagadas, la casa está en total silencio, tal parece que todos duermen pero hago caso omiso a mis nervios que están a flor de piel, bajo por las escaleras y me dirijo directamente al jardín trasero donde está la alberca, abro la puerta de cristal y aspiro con profundidad, siento como el aire fresco y la brisa de la madrugada inundan mis fosas nasales hasta llegar a mis pulmones, es tan reconfortante sentir como el aire rosa mi rostro, cierro los ojos y me quedo mirando fijamente como el agua de la alberca se agita en suaves ondas cuando el viento sopla.
Narra Martín
Iba saliendo de mi recámara y de repente choco con Lisa una muchacha muy hermosa, cruzamos nuestras miradas no se que me pasó cuando la tuve tan cerca de mi, es poco alta piel blanca.
Cuerpo delgado, ojos azul cielo Dios!! Esos ojos cabello castaño oscuro largo hasta la espalda, tiene pequitas en su nariz. Viste con shorts de mezclilla y una blusa blanca con flores mangas a los hombros su maquillaje natural sus labios delgados que mujer tan más hermosa quedé fascinado con su belleza creo que me he enamorado a primera vista.
Cuando me sonrió me derretí por dentro, esa sonrisa tan hermosa todo de ella es perfecto, esa manera de coquetearme cuando me dijo que mi nombre es hermoso me derritió pero que me pasa…
Acaso me gusta esta chiquilla cuando bajamos para ir al comedor veo como se mueve su forma de caminar, camina con tal elegancia, nunca había conocido a alguien así, cuando bajamos Sonia la mira asombrada le dice lo hermosa que se ve, no pude evitar sonreír.
Cuando Sonia nos presenta Lisa le dijo que nos habíamos reconocido por las fotos que hay en la casa cuando nos vimos en el pasillo, saliendo de nuestras habitaciones su voz sonó suave, miro como mis hermanos la saludan con mucho cariño, se ve que la quieren mucho, me derrito por dentro cuando escucho su hermosa risa no puede ser lo que estoy sintiendo.
Me siento en mi lugar, cuando se sentó a mi lado un escalofrío entro en mi cuerpo ella se dio cuenta y me sonrió, esa sonrisa que me está volviendo loco, pero tengo que fingir que nada me está pasando cuando estoy cerca de ella, me saco un poco de onda cuando le pidió a Nancy la ensalada, no creo que esté en dieta, no sé porque pero siento que algo anda mal en ella por cómo mira el postre, se da cuenta que la mire y solo me sonrió, después noto que su hermano la mira y saca su celular al parecer le mandó un mensaje, ella lo mira, luego cruza su mirada con su hermano y le sonríe.
Terminamos de cenar, me levanto y me voy para mí habitación me encuentro a Lisa en el pasillo y me pasa por un lado un poco apurada. Entro a mi recámara, me dirijo al baño, me lavo los dientes, salgo del baño y me quito la playera y el pantalón me meto a la cama y trato de dormir y no puedo doy vueltas y vueltas en la cama y no consigo dormir no puedo dejar de pensar en Lisa, no sé qué me pasa con ella.
Me levanto de la cama me pongo la playera y el pantalón, salgo de la recámara para ir a la cocina a buscar un vaso de agua o de lo primero que me encuentre. Llego a la cocina y decido tomar un vaso de wiski, echo dos hielos en un vaso de cristal y después le vierto el líquido, dejo la botella en la barra y le doy un sorbo a mi vaso, es tan reconstituyente.
Nuevamente decido ir a mi recamara ya más relajado y hasta ahorita me doy cuenta que esta abierta la puerta que da al jardín, me es extraño, camino hacia ella para cerrarla doy un brinco cuando miro a alguien a fuera, pero trato de no hacer ruido para averiguar de quien se trata, me sorprendo aún más de ver de quien se trata, es Lisa, está de pie al borde de la alberca, tiene sus brazos rodeándose de manera protectora como si quisiera darse un abrazo o protegerse de algo, mira fijamente a la alberca, me parece muy curioso que a estas hora este despierta y aun más que esté al exterior de la casa, eso puede ser peligroso.
–¿Te encuentras bien?– salgo de la casa y mientras me dirijo a ella le pregunto, ella se sobre salta y gira con brusquedad hacia mí. –Disculpa, no quería asustarte.
De inmediato me disculpo, pero en mi interior ha nacido una idea maliciosa, sonrió en mis adentros. Lisa no me dice nada solo sonríe y regresa a lo suyo.
–¿No puedes dormir?– trato de establecer una conversación con ella, pero sigue ignorándome. –Mmm ya sé que sucede, el fantasma que vive en la casa no te deja dormir– ¡jaque mate! Lisa posa su atención en mí, me mira con sus ojos color azul iluminados por el asombro y el miedo que ha producido mi plan maestro.
–¿Cómo?– sus cejas se levantan en lo alto de su cara y me doy cuenta que tiene una carita preciosa.
–Si desde que se compró esta casa los antiguos dueños nos advirtieron que hay un alma que vive aquí– ahora me siento arrepentido por mi broma, pues Lisa se asusta aún más, mira a todos lados e incluso mordisquea sus uñas.
–Así que creo que deberías ir a tu habitación–
Se incorpora y rápidamente cambia su expresión, baja su mano a la que ha estado mordisqueando las uñas, enarca una ceja y me dice con burla.
–Jaja para nada, tú piensas que voy a creer eso sí no es la primera vez que vengo y no pasó nada hace dos años atrás– contesta riéndose de mi fingiendo que no le ha causado miedo.
Me doy cuenta que tiene miedo aún que esté tratando de fingir lo contrario y eso me causa risa, me pasa por un lado, se dirige a la entrada voy detrás de ella cierro la puerta y nos vamos a nuestras recámaras.