Capítulo 4
La cama donde estaba Héctor lo tenía en las nubes, como si lo tuviera atrapado por qué era tan sueve y se dormía muy bien, en eso se dio cuenta que su celular estaba descargado, buscó el cargador en la maleta y lo conectó, luego caminó despacio hacía el baño, se dio una ducha muy fresca y se tomó su tiempo antes de salir de la habitación, mientras alistaba sus cosas y desconectaba aquel celular, no tenía aún suficiente carga, pero al rato en la camioneta lo pondría a cargar.
Salió de la habitación y vio la habitación de Michelle y ahí estaba ella dormida –se ve tan hermosa– dijo y sonrió, luego cerró la puerta muy despacio y se dirigió a la habitación de su hermana, cuando entro despacio la saludó.
–Hola hermanita, ¡buenos días!– dijo mientras él abría las cortinas, la luz del sol comenzó a colarse en la habitación llegando hasta la cama donde está ella causando una molestia en ella que le impedía abrir sus ojos, para cuando logro abrirlos se consiguió con su hermano a quién miró molesta por abrirle las cortinas.
–Héctor… cierra las cortinas y vete de mi habitación– refunfuña.
–¡Arriba Lisa!– le saca de encima el edredón esponjoso y cálido, con la que está arropada, cuando trata de girar su cuerpo al lado contrario de donde se encuentra de pie.
–Largo de aquí Héctor– refunfuña molesta, quejándose de su presencia.
–Ya es hora de marcharnos Lisa, se está haciendo tarde– la sacude una vez más para que se incorpore.
–Bien, bien– se incorpora y se sienta a regañadientes para sacudirse el sueño que aún la obliga a cerrar los ojos.
–No te duermas de nuevo Lis– le advierte cuando va de salida.
–Sí, ¡largo!– responde furiosa y se apresura a salir cuando ve que le arroja una de sus almohadas. Héctor baja a la sala de estar; allí se encuentra a su mamá a quien saluda con un beso en la mejilla, después saluda a Manuel con una sonrisa y por último se dirige a sus tres pequeñas hermanas, dándole un beso en la mejilla a cada una. Aimé quien es la más grandecita de las tres, tiene 4 años y es la más sensible, piel blanca, delgadita, su cabello es castaño oscuro como Manuel, es idéntica a el, Isabella la pequeña del medio de 3 años, quien es un torbellino que pone su casa de cabeza, tiene mucho parecido a Michelle, tiene ojos grises, piel blanca y cabello castaño claro, es delgadita cómo Aimé y Ximena la bebe de 2 meses quien es el vivo retrato de su madre y sus dos hermanas mayores, Lisa y Lisseth.
Isabella saluda con alegría a Héctor.
–Hola hermano Héctor, mi mami me dijo que habían llegado anoche cuando estábamos dormidas mis hermanas y yo– dice la niña, con voz tierna y mimada.
–Sii anoche llegamos Lisa y yo– dice Héctor con una sonrisa.
–Que bueno que están aquí, estaremos todos juntos– dice Aiméecita con felicidad.
Se rieron.
–Si hermosa, vamos a estar todos juntos– le dijo mientras la agarra en los brazos y le da un beso. Se quedaron observando cuando tomó su maleta y se dirigió a la salida para llevar su maleta a la camioneta Honda Odyssey color plata y luego de meterla entró a la casa. Observando su reloj y viendo que su hermana, Martin y Michelle todavía no hacían presencia en aquella sala, su madre lo animaba a tener paciencia por la demora de los otros chicos.
Mientras que Lisa en su alcoba se da cuenta de que es tarde, sale de su cama exaltada, se dirige al baño y se hace su respectiva ducha para luego dirigirse a su clóset y toma ropa interior, se la pone y luego toma lo que llevará puesto ese día un overol short de mesilla con cierre adelante y para combinar una sandalia de plataforma con tiras de cuero hasta el tobillo, luego de un ligero maquillaje, cepilló su cabello y se colocó una diadema dorada con piedras de tornasol. Agarró su cadena con dije de corazón y se la colocó.
Tomó su maleta y la abrió, pero sintió su puerta sonar, se dirigió abrirla con rabia pensando que era su hermano Héctor, pero su sorpresa fue que quien tocaba la puerta no era otro que Martín, ella después de observarlo solo tuvo el coraje de preguntar…
—¿Qué? ¿Vienes a hacerme otra bromita? ¿O que?— cuestiona con apatía
—Jaja, no, vengo en son de paz—contesta Martín con una sonrisa.
Se quedaron mirando por pocos minutos y su mirada la puso muy nerviosa, que inhala profundo dejando exhalar disimuladamente el aire poco a poco mientras ordenaba todo en su maleta, después de tomar su bolso, guardó su celular y su cargador, luego apagó el aire acondicionado y salieron de la habitación.
En el pasillo se encontraron con Michelle que también traía prisa contándoles a ellos dos todo el recorrido que hizo en su habitación para apresurarse como ducharse, y tomar todo lo que llevaría. Los tres bajaron a la sala donde los esperaban los demás.
Lisa, Martín y Michelle bajaron a la sala allí y pidieron disculpas por el retraso, pero Manuel estaba molestó por qué habían quedado en una hora y ahora por su culpa saldrían a la hora dónde se pone feo el tráfico. Sonia junto a las dos niñas Aimé e Isabella solo observaban aquel momento tan agitado. Héctor botó una sonrisa a Michelle, cuando está le dijo a Manuel que no era para tanto que solamente se habían demorado pocas horas y que ya estaban allí.
Ella aprovechó esa sonrisa para mirarlo y en su pensamiento manifestaba que estaba aún más hermoso desde la última vez que lo había visto que estaba tan atractivo. Lisa aprovechaba de saludar a sus tres hermanitas que estaban allí con Sonia expresándole que estaba contenta de poder estar y reunirse de nuevo con su familia. Ya estando todos afuera de la casa se dirigen a la camioneta y Héctor agarró la maleta de Michelle y la metió en la cajuela y se dio cuenta de que sus manos se rozaron él la miro muy nervioso, pero ella sonrió pícara.
Estando todos en la camioneta de Manuel, cuando la encendió se dio cuenta de que tenía un defecto mecánico así que pidió que bajaran todos de la camioneta. Manuel le dice a Martín que el y Michelle se irán aparte, le pide que traiga las llaves de su carro y las de la kia diciéndole dónde se encuentran. Manuel y Héctor bajan las maletas de la camioneta, luego Manuel toma la carriola de Ximenita y la baja.
A Michelle no le gusta la idea y se acerca a Lisa, alejándola de los demás, para que no escuchen lo que le va a decir.
–¿Qué pasa Mich?– pregunta Lisa curiosa.
–No me quiero ir con Martín, ve tu con el por favor– pidió Michelle con las manos juntas como si fuera un ángel.
–Pero, ¿por qué no te quieres ir con tu hermano?– cuestiona Lisa.
–Te lo diré, pero no digas nada, tu hermano me gusta desde hace dos años, siempre ha sido mi amor platónico– confiesa Michelle. Lisa se le queda viendo muy sorprendida y Michelle se ríe.
–Por favor, déjame irme con ellos, y tú vete con Martín– suplica Mich.
Se miraron por unos instantes, Lisa camina hacia donde están los de más y Michelle va detrás de ella.
–Me iré con Martín, las camionetas cerradas me provocan claustrofobia– dice Lis. Michelle se ríe discretamente, y Lisa voltea a verla, Michelle le dice te adoro, Lisa le rodea los ojos, le sonríe en cuanto lee sus labios. Michelle mira como Héctor mira a Lisa y ella solo le sonríe.
Sonia le dice a Lisa.
–Te comprendo hija a mi me pasaba lo mismo– Michelle no pudo evitar reírse por la travesura que Lisa y ella estaban haciendo, miró a Lisa que estaba tratando de ocultar también una risa.
Martín sale de la casa, le da las llaves de la camioneta a Manuel, después le quita el seguro a su carro y voltea a ver a Michelle.
–Sube tu maleta hermanita– dice mientras toma su maleta para ponerla en la cajuela de su carro.
–Lis se ira contigo, porque las camionetas cerradas le causan claustrofobia– comenta Michelle con una gran sonrisa. Martín voltea a ver a Lisa que se dirige a su carro KIA K5 2021 color azul y pone su maleta en la cajuela y se sube al carro, Martín sonríe mientras cierra la puerta de la cajuela, se sube al carro, lo enciende y sale de la casa.
Michelle se dirige a la camioneta, mete su maleta a la cajuela y se sube a la camioneta, siente la mirada de Héctor y le sonríe. Ya que todos están acomodados en la camioneta, Manuel la enciende y sale de la casa mientras cierra el portón con el control.