Capítulo 16
Isabella
Nos pusimos de pie en cuanto vimos al doctor caminar hacia nosotros. Los vimos esperando buenas noticias.
—David, ¿Cómo está Alejandro? —Habló Montserrat con angustia.
—Alejandro, sufrió un pre infarto, y le tendremos que realizar un cateterismo por una arteria ocluida —Comentó el doctor.
—¿Qué es eso? —Preguntaron Demian y Eduardo.
—Es para visualizar si hay venas o arterias que estén ocluidas porque se pueden colapsar, se pegan las paredes de las venas y no hay circulación adecuada —Explicó el doctor.
Nos dijo que le aplicarían anestesia en la ingle de la pierna derecha.
—¿Es doloroso? —Preguntó Mar con ojos llorosos.
—Un poco —Respondió el doctor.
Mar abrazó a Montserrat, ella besó su cabeza.
—La intervención durará cuarenta minutos máximo —Volteó a ver a Montserrat —. Vamos a ocupar que firmes la responsabilidad de la cirugía —Asintió y fue con él.
Mar lloraba en mis brazos, le daba palabras de consuelo. Todos estábamos preocupados por el señor Alejandro.
Cuarenta minutos después…
Nos pusimos de pie, en cuanto vimos al doctor caminar hacia nosotros.
—¿Cómo salió? —Cuestionó Montserrat.
—Todo salió muy bien, en un momento podrán verlo, lo están llevando a su habitación —Nos pusimos felices.
—Gracias Dios —Agradeció Montserrat con gran alivio.
—Vayan a comer algo —Nos pidió Montserrat.
—Yo iré a ver el caso de Antoni —Comentó Demian.
—Sí, por favor, mi niño no puede ir a la cárcel —Decía Montserrat con los ojos llorosos.
—No irá, te lo prometo —Demian besó su mejilla y la abrazó.
Se despidió y se fue.
—Yo esperaré aquí, si no les molesta.
—Claro que no, cariño —Me dijo Montserrat.
Le esbocé una sonrisa.
—Ya pueden ver al paciente, se encuentra en la habitación 501 —Apareció la enfermera.
—Vamos —dijo Montserrat mirando a sus hijos.
—Aquí los espero —Asintieron.
Los vi caminar por el pasillo hasta que los perdí de vista.
Estuve leyendo un libro por una aplicación que descargué en mi celular.
Momento después escuché la voz de Montserrat, apagué el teléfono.
—¿Cómo está?
—Bien, gracias a Dios, nos salimos porque nos pidió que comiéramos algo —dijo Montse.
—Vamos a comer —Me puse de pie mientras tomaba mi bolso.
Caminamos por el pasillo mientras platicábamos.
—No entiendo como puede haber personas con tan mala sangre para dañar así a alguien —Me dolía ver así a Montserrat. Sus mejillas estaban mojadas por las lágrimas.
—Antoni saldrá libre, vamos a demostrar su inocencia, te lo prometo, Demian y yo no descansaremos hasta que eso pase —Montserrat, suspiró.
—Mi niño no pudo encontrar a una mejor mujer que tú, gracias por estar con nosotros y por todo tu apoyo.
Negué con una sonrisa en mis labios.
—No hay nada que agradecer, les he tomado mucho cariño.
—Nosotros a ti —Nos sonreímos.
Entramos a la cafetería y nos acomodamos en una mesa.
Minutos después ya estábamos comiendo mientras hablábamos de Antoni.
—No sé por qué, pero sospecho de Stephanie —Vino a Mar.
—¿Stephanie? —Preguntó Montserrat frunciendo el ceño.
—Sí, ella —Nos la quedamos viendo confundidos.
—¿Por qué supones eso? —Le pregunté.
—Porque la escuché en el club, cuando le decía a una de sus amigas que Antoni se iba a arrepentir de haberla rechazado en su oficina — Fruncí el ceño pensando en lo que dijo Mar. Tenía sentido. Si esa tipa tuvo algo que ver la haré pagar.
Terminamos de comer, me despedí de ellos y me encaminé a la salida.
—Tengo que averiguar si esa tipa tuvo algo que ver con lo que le está pasando a Antoni —Me dije a mi misma mientras me abrochaba el cinturón de seguridad.
Mientras iba manejando recibí una llamada de Demian.
—Dime.
—Me acabo de enterar de que Antoni fue golpeado por un maldito guardia —Golpee el volante de rabia.
—Tiene que pagar al igual que el oficial Brown —Aseveré.
—Ese miserable está comprado con la persona que difamó a mi hermano —dijo Demian con enojo.
—Demian, Marina dijo que sospecha de Stephanie —Mencioné —, nos dijo que la escuchó cuando estaba en el club, Stephanie le decía a una amiga que Antoni se iba a arrepentir de haberla rechazado.
—¿Qué? —Preguntó. Luego soltó una irónica risa —Claro, esa arribista siempre ha estado tras el dinero de los Meyer, no dudo ni tantito que haya sido ella.
—Tenemos que llegar al fondo de todo esto —Sentencie.
—Y llegaremos, te lo aseguro —dijo firme —. Hablé con un contacto y me dijo que Antoni no será trasladado a prisión, Brown está en serios problemas —Asentí —. Nos vemos en mi oficina y hablamos mejor.
—Sí, voy para allá —Recibí un “okay”, y colgó.
Llegué al bufete y me dirigí directo a la oficina de Demian.
—Ya estoy aquí, ¿Qué más ha pasado? —Cuestioné mientras me sentaba frente a él.
—Va a salir bajo fianza, mañana estará listo todo para que pueda salir —Volví a asentir feliz por otra buena noticia.
—Qué bueno, me siento feliz. Haremos hasta lo imposible por descubrir quien está detrás de todo esto, tenemos una sospechosa, llevamos una ventaja.
—Sí, esa mujer nunca me cayó bien, se le notaba que es una arribista —Afirmé.
—Tenemos que ser cuidadosos, en cada paso que demos, ¿Tú tienes contacto con esos amigos? ¿Verdad?
Asintió.
—Sí, estaré más cerca de ellos, tendré los oídos muy abiertos, Stephanie es amiga de ese círculo.
—Okay.
—Les haré creer que estoy muy desconcertado por la situación de Antoni, que no creo en su inocencia, diré que lo noté nervioso —Sonreí.
—Es buena idea, así esa tipa puede caer, ay ojalá tu plan funcione —Lo deseaba con toda el alma.
—Funcionará ya verás, confía en mí —Sonaba muy seguro de él mismo y de su plan.
—Okay —Reímos.
Después de eso volví a mi oficina, debía revisar mis otros casos.