la verdad salió a la luz

1529 Palabras
Capítulo 19 Isabella Estábamos en el juicio, mi cliente se veía serio, de vez en cuando veía feo a su esposa, ella lo miraba con dolor y decepción, se sentía mucha tensión entre ellos. Nos pusimos de pie para recibir a la juez Steele. —Tomen asiento. Nos acomodamos en nuestro lugar. Dimos inicio al juicio, le pedí al señor Donelli que nos dijera como era su relación con la señora Ford, éste se acomodó y vio a Betty, esposa de mi cliente. —Beatriz y yo comenzamos una relación hace dos años, desde el primer día que nos conocimos coqueteó conmigo —Comenzó a contar. —¡Eso no es cierto! —Gritó Beatriz mirándolo con furia mientras se ponía de pie. La juez golpeó el mazo —¡Silencio! Beatriz lloraba. —Di la verdad, yo nunca te coqueteé, eras tú el que se la pasaba acosándome —Beatriz soltó un hipo en la última palabra. Sherlyn le pidió que tomará asiento. Intercambiaron palabras, Beatriz se limpiaba las lágrimas que resbalaban por sus mejillas. “Aquí hay gato encerrado, y lo voy a descubrir, a mí éste sujeto no me verá la cara”, pensé mirándolo seria. —Beatriz y yo íbamos a huir con nuestro hijo, Noah, ya teníamos todo listo, cuando Henry nos descubrió —Pude percibir que sus palabras eran falsas. Volteé a ver a Betty y estaba con los ojos rojos del llanto, pude leer en sus labios que le decía a mi amiga que eso no era verdad, se veía desesperada, por las mentiras de éste tipo. Henry la veía con repudio, sus ojos transmitían furia. —Ya no tengo más preguntas señora juez —Me senté a lado de mi cliente. Le susurré en el oído. —Ese tipo está mintiendo —Henry me vio con el ceño fruncido. Asentí segura. —¿Por qué lo dices? —Preguntó desconcertado —Acaba de decir que Noah es su hijo —Lo miré con una media sonrisa. —Y le creíste —Negué —. Perdóname que te lo diga, pero has cometido un gran error —Dirigí mi mirada a Betty —, esas lágrimas no son falsas, son de enojo y desesperación por las mentiras que tu “amigo” dijo. Henry miró a Betty, ella también lo miró, con la mirada le decía que todo lo que había dicho el señor Donelli era falso. —Aquí tengo los resultados de ADN del pequeño Noah —Habló la señora juez. Todos guardamos silencio mientras que ella abría el sobre. Henry se veía ansioso, movía sus manos. —¡Un momento su señoría! —Escuchamos una voz femenina, estaba parada en medio del pasillo. —Sarah, ¿Qué haces aquí? —Cuestionó el señor Donalli, la chica le dio una sonrisa. La que estaba a su lado se puso nerviosa, la veía con ganas de aniquilarla, como si presintiera lo que va a decir. —Tranquilo, querido, vengo a decir algo muy interesante para el juicio —Le dio una última sonrisa y siguió su camino. Betty la miró asustada, en cambio, la joven le dedicó una tranquilizadora sonrisa. —Vengo a aclarar que el pequeño Noah si es hijo de Henry Ford —Mi cliente se puso de mi pie de una. —¿Qué estás diciendo Sarah? —La verdad, hermano —Le miró de forma tranquila —, tengo pruebas de lo que estoy diciendo —Le enseñó una memoria a la juez, ella la tomó —. ¡Ah! Y otra cosa esos resultados están alterados, aquí tengo los verdaderos resultados de la prueba de ADN. Todos en la sala comenzaron a murmurar, la señora juez golpeó de nuevo su mazo. —¿Cómo sabe que los resultados están alterados señorita? —Le preguntó la juez. Rio levemente —Porque Hugh y Maya le pagaron al jefe del laboratorio para qué alterará los resultados, todo está en esta USB, aquí está todo lo que esos miserables han hecho —Sentenció con odio. La señora juez observó la memoria y luego pidió que la pusieran en la computadora. Se veían el señor Donalli y la mujer que se encuentra sentado a su lado en la cama. “Ay, todo está saliendo tal y como lo planeamos, los resultados dirán que ese escuincle no es un Ford”. Vimos que esos dos estaban disfrutando de su maldad, me hervía la sangre, Sherlyn y yo nos miramos discretamente, ella también estaba enojada por lo que habíamos escuchado. Seguimos escuchando su maldad. “Esa estúpida nunca debió haberse metido en mi camino, y mucho menos haber puesto los ojos en Henry, solamente por eso va a llorar lágrimas de sangre”. Risas maliciosas se escuchaban en el vídeo. Continuamos escuchando el vídeo y lo que se venía era lo peor. “La cara que puso el idiota de Henry cuando vio a la estúpida de Beatriz en la cama contigo”. Se volvieron a escuchar risas. Henry tenía los puños apretados, se le veía la rabia en su rostro. “Beatriz estaba completamente drogada, que ni cuenta se dio que fue mía”. Una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro de ese desgraciado, la tipa le dedicó una mirada de asco. Todos en la sala estábamos con rabia, la pobre de Beatriz estaba ahogada en llanto, Sherlyn le dio agua, su mano temblaba al tomar la botella. Henry quiso levantarse para írsele encima a ese animal, pero no lo permití. —¡Lo voy a matar! —Sus ojos estaban inyectados de sangre, estaba temblando de rabia. Escuchamos de nuevo el vídeo, después de que la juez golpeara su mazo para callar a ese infeliz, que decía que era mentira lo que estábamos escuchando. “Qué asco, no sé qué le ven, si es una insípida”. Donalli rio. “Es hermosa, debes aceptarlo, aunque te duela” La mujer rodeó los ojos con enojo, él volvió a reír. “Cuando despertó estaba toda desconcertada, porque no sabía qué estaba pasando, y por más que ella le decía a Henry que no sabía cómo llegó a mi cama, ése imbécil le gritaba que era una cualquiera, y que el mismo vio que me estaba besando apasionadamente”. Una vez más escuchamos sus risas. “Ay, ya sé, como disfruté ese momento” Los amantes se carcajeaban, luego vimos como se besaron ardientemente, me dio asco ver esa escena. Henry se miraba destrozado por lo que acababa de escuchar, me dolió verlo así, giró su mirada con la de Beatriz, ella al sentir su mirada, lo vio con dolor y coraje a la vez. En la continuación del vídeo salió que el señor Donalli y la tal Maya planeaban robarle su dinero a mi cliente después de conseguir que Maya sea la nueva señora Ford. Sentía repulsión por todo lo que estaba escuchando. “Solamente debo hacer que la tonta de Sarah me firme el poder de manejar su dinero y ya, no me será nada difícil, porque esa me ama, le endulzo el oído y me firme lo que le pida, cree ciegamente en mí”. Nuevamente, se escucharon risas de esos dos. Son unos miserables. Ay no, no puede ser, todo por el maldito dinero, por el maldito dinero destruyeron un matrimonio, me dan asco. —¡Todo es mentira! El vídeo está manipulado —Gritó enfurecido el señor Donalli. —Por supuesto que no lo está —La señorita Sarah lo miraba con profundo rencor. Henry se levantó con violencia. —¡Te mataré! —Se fue encima del miserable de Donalli, los oficiales lo tuvieron que separar porque alcanzó a golpearlo. Betty lloraba desconsoladamente, Sherlyn la abrazó mientras le decía algo que no escuchaba, solo miraba que su cliente sollozaba. Se acercó a ella, la quería tocar, pero ella retiró sus manos. —Quiero irme —dijo mirando a mi amiga, Sherlyn asintió despacio. Me sentía muy mal por todo esto, nunca nos imaginamos que iba a salir esto, tuve que tragarme las lágrimas que amenazaban con salir. Mi cliente volvió a acercarse a su esposa, pero ella ya no pudiendo más le gritó. —¡Déjame en paz! ¡No quiero nada de ti! Creíste en las palabras de esa víbora que en mí, te olvidaste del amor que me tenías, y del juramento que hicimos en creer en el uno y el otro —Betty estaba destrozada, cada palabra que salía de su boca era de dolor y enojo, soltó hípeos. Mi cliente estaba destruido, lágrimas salían sus ojos. Sherlyn y yo nos mirábamos con tristeza. Betty miró a la juez. —Quiero la custodia completa de mi niño —La juez la vio —. Por favor, quiero irme lejos y tratar de olvidar esta pesadilla —Le dijo entre lágrimas saliendo de sus ojos, la juez tardó en aceptar, pero le dio un leve asentimiento, Betty agradeció. Me sentía muy mal por lo que había vivido, en los años que he trabajado en lo que me gusta nunca había visto algo así. Suspiré con tristeza.
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