—Kyle se está encerrando de nuevo en los videojuegos —me dice mi madre.
Consigue hacer que me sienta mal porque yo tampoco tengo una solución a eso. Es Kyle, es un adolescente que no nos cuenta sus problemas aunque puedo entender que ahora mismo los recuerdos de papá le llenan de sentimientos que un chico de esa edad no quiere ni admitir que tiene.
—Sabes el día que se acerca. Cada uno lo afrontamos de una forma, mamá.
La escucho suspirar a través de la línea. Con mi madre siempre es lo mismo, suspiros, advertencias, recuerdos... Kyle y yo somos dos introvertidos y conozco el momento exacto en el que yo cambié; mi madre sola tras la pérdida de nuestro padre no podía aguantar a ese tipo de hijos que causan problemas.
—Lo entiendo —dice en voz baja—. ¿Vendrás mañana verdad?
—Sí, estar
