Ancel llevaba cinco días sin ver a Jennell, entre su trabajo y el de ella, no había tiempo, esperaba verla ese fin de semana, y aunque ella había contestado sus mensajes, algo le hacía pensar que pasaba algo.
Ese viernes, en su oficina, dejó con un suspiro los documentos que revisaba, algo le rondaba la cabeza y no sabía que era, es eso que sientes cuando pasa algo pero no sabes que es. Ancel sospechaba que era Jennell. Había tratado de llamarla pero la llamada fue directa al buzón y luego un mensaje.
“Hola, espero que estés bien, por aquí todo bien pero un poco justa de tiempo, siento no poder contestar la llamada, escríbeme"
¿Justa de tiempo? pensó Ancel, claro que sí, siempre estaban justos de tiempo, siempre tenían algo que hacer, pero esa semana era igual que las otras, y en las pa
