Un Encuentro Inesperado

762 Palabras
Capítulo 4 La semana siguiente transcurrió en la oficina con una tensión palpable entre Elena y Christopher. Habían vuelto a su rutina diaria de trabajo, evitándose mutuamente en la medida de lo posible. Ella se concentraba en sus tareas, tratando de no pensar en lo que había sucedido, mientras que él parecía más reservado y distante que nunca. Elena se encontraba en su cubículo, revisando los correos electrónicos de la tarde, cuando su teléfono sonó. Miró la pantalla y vio el nombre de Sarah parpadeando. —Hola, Sarah, ¿qué tal? —¡Elena! No sabes lo que acabo de ver —dijo Sarah, emocionada por el otro lado. Elena frunció el ceño. —¿Qué viste? ¿Pasa algo? —¡Christopher Collins acaba de entrar en la cafetería con una mujer! —exclamó Sarah, obviamente emocionada por el chisme. Elena se quedó en silencio por un momento, intentando procesar la noticia. ¿Christopher Collins estaba teniendo un almuerzo con una mujer? ¿Y por qué eso la afectaba tanto? —¿Estás ahí, Elena? —Sí, estoy aquí. Gracias por decírmelo, Sarah. Supongo que ahora lo sé —respondió Elena, tratando de sonar indiferente. —¿De qué hablas? —No de nada —sacudió su cabeza en negación. —¡De nada! Ah, y si necesitas hablar, ya sabes dónde encontrarme. Elena sonrió débilmente. —Lo sé, gracias. Hablamos luego, ¿vale? —Claro, cuídate. Elena colgó y dejó escapar un suspiro. No podía evitar preguntarse quién era esa mujer y por qué estaba teniendo un almuerzo con Christopher. Por supuesto, no debería importarle, pero por alguna razón, le molestaba más de lo que esperaba. Decidió que necesitaba aire fresco, así que se levantó de su cubículo y caminó hacia la cafetería. Cuando llegó allí, echó un vistazo al interior y vio a Christopher sentado en una mesa en una esquina, con una mujer rubia frente a él. Estaban hablando animadamente, y él estaba sonriendo de una manera que Elena no recordaba haber visto antes. Elena se mordió el labio inferior, luchando con una mezcla de emociones que no podía identificar. ¿Por qué le importaba tanto lo que Christopher hiciera en su tiempo libre? Justo cuando estaba a punto de darse la vuelta y salir, la mujer rubia se levantó de la mesa y se alejó. Christopher se quedó allí solo por un momento, mirando fijamente hacia la ventana, antes de levantarse y dirigirse hacia la salida. Elena respiró profundamente y se apartó rápidamente de la ventana, tratando de esconderse detrás de una columna mientras él pasaba. No quería que él la viera allí, espiándolo como si fuera una adolescente. —Elena. Ella se giró rápidamente y se encontró con los ojos azules de Christopher mirándola fijamente. Él estaba parado frente a ella, con una expresión inexpresiva en el rostro. —Hola, Sr. Collins —dijo ella, intentando sonar lo más profesional posible. Esperaba que no pensará que lo estaba espiando o de lo contrario estaría en graves problemas. —¿Has estado espiándome? —preguntó él, con una ceja levantada. Elena abrió la boca para protestar, pero se detuvo. ¿Qué podía decir? Lo había visto en la cafetería y no había podido evitar espiarlo. Sus mejillas se enrojecieron, sintiéndose completamente avergonzada. ¡Trágame tierra! Pensó. —No, no te estaba espiando. Solo estaba… caminando por aquí —dijo finalmente, sintiéndose como una idiota. Christopher la miró fijamente por un momento más antes de asentir lentamente. —Entiendo. Bueno, nos vemos mañana en la reunión de las 10:00. —Claro. Nos vemos mañana, Señor —respondió Elena, viendo cómo él se alejaba. Cuando finalmente desapareció de su vista, ella soltó el aliento que había estado conteniendo. ¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Por qué se sentía tan afectada por verlo con otra mujer? No tenía ningún derecho a sentirse así, pero no podía evitarlo. Decidió que necesitaba hablar con alguien sobre esto. Sarah había mencionado que estaba disponible para hablar, así que sacó su teléfono y envió un mensaje. Sarah, ¿tienes un momento para hablar? Necesito tu consejo. Elena esperó unos momentos antes de recibir una respuesta. ¡Claro! ¿Quieres que vaya a tu cubículo? Elena consideró la oferta antes de responder. Mejor vamos a tomar un café juntas. Necesito salir un poco de la oficina. ¡Perfecto! Te veo en la cafetería en 5 minutos. Elena sonrió débilmente y guardó su teléfono. Tal vez hablar con Sarah podría ayudarla a entender por qué se sentía tan perturbada por ver a Christopher con otra mujer.
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