Camilo Deseando que un rayo me partiera en dos, me fui al vestidor. No podía creer como había reaccionado, per la sola idea de que me la quitaran, una vez que estaba conmigo, me martirizaba. Quizás, por las malas experiencias del pasado. Quizás, porque otras mujeres si habían sido capaces de traicionarme y esta vez, por primera vez en mi vida, mi corazón no iba a soportarlo. Sumergido en un estado total de ira, abrí la puerta de mi casillero de un tirón y me dispuse a cambiarme las botas, cuando me percaté de que él, estaba sentado a mi lado… Robert – Camilo, yo… Camilo – ¡¡No me digas nada!! (poniendole mi mano en frente para que no hablara. No podía ni mirarlo de la vergüenza) es mi culpa, perdóname por lo de recién. Robert – Es que yo no sabía que ustedes… Camilo