El silbato sonó. Era el momento definitivo... Luis estaba hablando con Mauricio, con mi entrenador de la Liga Femenina y con los médicos, mientras yo tomaba agua y hablaba con los chicos, quienes notaban que me estaba poniendo cada vez más nerviosa… Matt – ¡¡Calma!! (Poniendo su mano en mi hombro) Manuel – ¡¡Lo hiciste muy bien!! (Guiñándome un ojo) Luis se acercaba a mi muy serio… mi corazón palpitaba como nunca y estaba hecha una hoja. Temblaba y las lágrimas estaban aguando ya mis ojos. Temía lo peor. Sentí la mano de Camilo rodeando mi espalda parado a mi derecha, y a Javier colocándose a mi izquierda. Los miré a los dos… me sonreían dándome fuerzas mientras los demás chicos esperaban también muy ansiosos, detrás nuestro… las chicas habían pasado al campo para escuchar