11. EN MEDIO DE LA TORMENTA

2596 Palabras
Victoria Justo cuando la estaba pasando mejor en mi escapada con Dussan, aparecieron en mi móvil mil mensajes y avisos de llamadas perdidas de Nika. Al comienzo creí que había sido un terrible error haberlo encendido, pero en cuanto vi un mensaje diciendo que Alek estaba grave, otra llamada hizo presencia y me escabullí para que Dussan no me escuchara. —¿Qué fue ese mensaje? ¿Qué le pasó a Aleksei? —pregunté preocupada en voz baja. —¿Ese mensaje? ¡Te he intentado localizar de mil formas porque le hicieron una emboscada a Aleksei y está gravemente herido! ¡¿Se puede saber en dónde demonios te metiste y por qué tienes tu teléfono apagado?! —Cálmate, sé que no debí, pero… —¡Pero nada, Vicky! ¡Estamos metidos en un gran problema y tú lo empeoras al desaparecer sin avisar! —Deja de gritar, solo dime dónde están y viajaré de inmediato —gruñí ofuscada al escuchar a Dussan cerca. —Estamos donde se supone deberías estar, así que mueve tu culo antes de que ese hombre se despierte y descubra que le mentiste, claro, suponiendo que logre sobrevivir a la cirugía que le están haciendo. (…) Al final me tocó hacer circo y maromas para intentar escapar de Dussan, pero justo cuando estaba a punto de noquearlo, él recibió una llamada donde le ordenaban volver por un robo que hubo en una de las sucursales que él dirige, al parecer algunas personas resultaron heridas, así que fue la excusa perfecta para separarnos y llegar a Kazán en cuestión en horas, pero la cara de revolver que tenía esa mujer frente a mí solo significaba que estaba metida en un gran lío. —¿Cómo está Aleksei? —Vivo por ahora, pero tú no te salvas —sí, no cabe duda de que está furiosa conmigo. Nika me sujetó del brazo y me llevó a rastras a una habitación del hospital que estaba vacía, me informó del atentado que sufrieron, la traición de los Matvienko y la reunión que tuvo Alek con Chaly, así como también me contó de la emboscada que recién sufrió Aleksei, el cual le fue narrado por Radmir en cuanto ella llegó al lugar. —¡Maldición, Nika! ¡¿Por qué siempre soy la última en saber estas cosas?! —¡Quizás si no apagaras tu maldito teléfono, te habrías enterado de todo! —por desgracia esta vez merecía su regaño, pero solo de recordar los increíbles días que pasé con Dussan, era imposible que mi corazón no volviera a latir ansioso—. ¿Qué fue eso? —¿El qué? —Eso. ¿Qué fue esa sonrisa? —cuestionó intrigada señalando mi rostro—. ¿Qué estuviste haciendo y con quién? —una estúpida sonrisa de adolescente se dibujó en mí, seguido de un profundo suspiro que la sorprendió—. No quiero, NECESITO saber quién fue —exigió con mil emociones. Con el pasar de los minutos le conté lo que había descubierto de esas reuniones que me llevaron a Kazajistán y también de mis andanzas en Sublime para dar con el enemigo, pero más importante, le conté todo lo que he vivido con Dussan hasta ahora y cómo me hice pasar por otra mujer. Ella se emocionaba tanto como yo al relatarle los candentes encuentros, pero al final no parecía tan feliz y, conociéndola, ya me hacía una idea de lo que diría. —¿No te parece extraño que hayas conocido a ese hombre en Sublime? Es decir, podría ser una trampa —justo lo que imaginé… —Nika… —¡No, escucha! —interrumpió al saber que le reclamaría por arruinarme mi momento de felicidad— Creo que al menos deberías investigarlo y asegurarte de que es quien dice ser. —Sí lo es, estuve a su lado cuando lo llamaron en un par de ocasiones y las conversaciones eran sobre su trabajo. —¿Y prestaste tanta atención mientras tu boca estaba ocupada en su entrepierna? —el sugerente gesto en mi cara me traicionó—. Eso imaginé —esta vez no tuvo piedad conmigo y tiró fuerte de mi cabello. —¡No hagas eso! —Como si te hubiera molestado que el increíble Dussan te lo hiciera. —Él lo hizo con pasión, tú lo haces con desquite. —Como sea, eso no cambia el hecho de que deberías investigarlo. —No lo creo necesario, pero si te hace sentir más tranquila, adelante, dejaré que tú misma lo hagas para que no me sigas rompiendo la ilusión. —¿Más de lo que él te rompió? Lo dudo. Eso me encanta de Nika puesto que, así como me pasa con mi hermana y también como ocurría con Yuliya, a ella le puedo contar de mis andanzas sin tapujos y sé que disfrutará las historias conmigo, de igual forma yo disfruto todas las locas aventuras que ella tiene, no tenemos filtro al momento de soltar detalles, tampoco nos traicionamos si pedimos a la otra guardar el secreto y en este caso, con su último comentario, fue inevitable no recordar la apuesta que quedó pendiente. —¿Sabes? También ocurrió algo más. —Es obvio por la estúpida cara que tienes de adolescente recién follada —la empujé en broma, a lo que ella me respondió igual—. Cuéntame. —Le conté a Dussan que tenía una competencia en la cama, no le dije nombres, pero surgió porque él descubrió que nunca había tenido sexo anal. —Ya imagino lo que dijo en cuanto supo. —Sí, una imagen digna de retrato y más porque sabes que no he tenido mejor amante que Aleksei, pero si Dussan sigue como va, yo creo que le daré lo que me queda de virgen a él y no a Alek. —Sé que eres una asquerosa ramera —comentó en broma y a la vez con gran verdad, aunque algo parecía inquietarla—, pero no sé bien qué decir en esta ocasión. —Eso es raro viniendo de ti. —Vicky, más allá del sexo, ¿tú…? En eso nos vimos interrumpidas por una enfermera que nos estaba buscando para informarnos que Aleksei había salido del quirófano y el doctor quería hablar con nosotras. —Hablaremos después, mejor enfócate en ver cómo está Aleksei que yo iré con el doctor —solicité en lo que fui tras la enfermera. (…) Nika Hacía unos días que Aleksei había salido del quirófano con vida y aunque se ha recuperado con éxito, no evitó que la angustia me carcomiera al recordar lo que había dicho el médico sobre su estado. En verdad fue un milagro que la bala le diera a un costado y afectara solo una pequeña porción del pulmón y un par de costillas, ya que de haber sido un poco más abajo, el impacto habría destruido el bazo y parte del estómago, lo que habría complicado más la situación. En tanto él seguía inconsciente, Vicky se dedicó de lleno al trabajo y solo visitó a Alek un par de veces a mitad de la noche, lo que no me sorprende considerando que siempre tuvo un particular afecto de amor-odio por él. Yo en cambio me quedé a lo largo de estos días trabajando desde la habitación para al pendiente de su estado, también reforcé la seguridad en Kazán e investigué al tal Dussan, me resultó extraño no encontrar fotografías ni perfiles sociales de él, pero sí figuraba un Dussan en el listado de empleados del banco que mencionó ella, tenía un cargo bastante alto, buen suelo y no había una mancha en su currículum, pero tanta perfección no me terminaba de convencer, aunque seguía sin saber el motivo. —A veces no sé por qué no se dejan de tonterías —dejé a un lado mi laptop, me senté junto a Alek y sostuve su mano con profunda nostalgia—. Sería más fácil para todos si se decidieran de una vez a estar juntos o separados. A pesar de que Alek solía tener un semblante tan duro para el mundo, el cual siempre he creído le copió a su padre y a Nicolay, solo cuando duerme o está tranquilo con gente de confianza, él se muestra más sereno, no frunce el ceño todo el tiempo e incluso su voz se torna suave aun siendo profunda. Todavía recuerdo que en el tiempo en que se dejó crecer la barba y el cabello, me resultaba cómico verlo junto a Nicolay porque parecían padre e hijo por la increíble similitud, aunque, cuando no tiene la barba, es la viva copia de Piotr. De alguna u otra forma, esos días parecían más simples de vivir para todos, lo mejor fue cuando Vicky se mudó de nuevo a Rusia para estar del todo con su padre y aprender por completo el negocio de la mafia, Yuli y yo le seguimos el paso porque nos encantaba la sensación de poder y en mi caso le puse más empeño porque le cogí gusto, tenía a mis amigos conmigo, además de que tanto los Morozov como los Romanov creyeron que era buena en algo y podía tener un gran futuro con ellos, a diferencia de mi familia que solo me veía como la hija que un día se convertiría en la esposa trofeo, siendo este el sueño de Yuli. Sin embargo, si hubo alguien que creyó en mis capacidades y me enseñó lo que era la disciplina y el trabajo duro, ese fue Alek, él era mi modelo a seguir, fue mi inspiración y un gran amigo al que le debo mucho, pero si hay algo que odie a profundidad es estar en medio de la disputa en la que vive con Vicky por su mal de amores. —Ojalá despiertes pronto, hay mucho de qué hablar —murmuré preocupada dejando un beso en el dorso de su mano y limpié una traicionera lágrima. —¿Cómo sigue? —respingué al escuchar a Vicky en la puerta e intenté darle mi mejor cara mientras me levantaba. —Mejorando cada día, pero sigue sin despertar. —¿Qué ha dicho el doctor? —Que es mejor así ya que el descanso le permite recuperarse más rápido y considerando que llevaba días sin dormir, también creo que es lo mejor. —¿Otra vez su insomnio? —Sabes que eso ocurre cuando se carga con tanto trabajo —respondí obvia sin ser altanera, pues no tenía ánimo para tanto. —¿Y para qué estamos nosotras entonces? —¿Nosotras? —volteó fastidiada los ojos a sabiendas de lo que haría. —No empieces que recién llego, aunque supongo que debe ser bueno. —¿Ah sí? ¿Por qué? —Porque quiere decir que no encontraste nada de Dussan —no quería que de pronto Alek se despertara y nos escuchara, así que le hice una señal a Vicky para que saliéramos—. Y bien, ¿qué encontraste? —Tu hombre al parecer dijo la verdad. —¿Al parecer? —cuestionó emocionada. —Sí, al parecer —afirmé con desdén—. Disculpa, pero algo sigue sin convencerme y hasta no averiguar qué es, no dejaré de preocuparme por nosotros y más por ti. —Si hay alguien que es excelente para buscar sobre el pasado de una persona, esa eres tú, y si no encontraste nada que nos haga sospechar de verdad, entonces deberías dejarnos disfrutar en paz nuestras escapadas. —Sé que debería, pero… —¡Pero nada, Nika! —chilló fastidiada—. Ya lo investigaste y ya tienes la evidencia en tus manos, ¿qué más quieres? Esa es la pregunta que me he hecho desde hace un tiempo: ¿Qué más quiero?… —Vicky, aquel día no pudimos terminar la conversación, así que hoy quiero que seas honesta. —¿Sobre qué? —¿Qué sientes por Aleksei? Y no me salgas con tus ridículas esquivas de diva, necesito una respuesta sincera. —¿Respuesta sincera? —cuestionó confundida, casi ofendida—. Siempre he sido honesta contigo sobre lo que quiero en mi vida. —No siempre, porque Aleksei es una de tus esquivas favoritas, pero considerando el capricho que has despertado por el tal Dussan, no sería extraño que… —¡Ya escuché suficiente! —me silenció en un tono más golpeado— Tú no eres mi madre y no tienes por qué cuestionar lo que siento ni lo que hago con mi vida, solo eres mi amiga y mi mano derecha en este trabajo, así que limítate a lo tuyo. —Vicky… —¡Nada! —chilló enojada y respiró profundo evitando continuar con el espectáculo—. Y para evitarnos otro inconveniente, te aviso que me iré con Dussan una temporada en lo que atiendo unas reuniones en otras ciudades. —¿Estás loca? ¿Cómo puedes irte a trabajar con un sujeto que no conoces de nada? —Al menos con él me la paso bien y no está juzgándome por cada paso que doy. Y te advierto de una vez que no tienes derecho a contarle de esto a Aleksei y menos porque sé bien que sigue ocultándome información importante, así que le daré mi confianza en la misma medida que él pretenda darme la suya. —¡Vicky, espera! ¡Vicky! —sin importar mis llamados, ella se fue hecha una furia. —Señorita Karsimov —apareció mi asistente evitando que fuese tras ella, aunque su preocupado semblante era una mala señal—, disculpe que la moleste, sé que no es el momento, pero surgió un inconveniente en Moscú y solicitan su presencia cuanto antes ya que el señor Morozov está convaleciente. —Genial, no salgo de diez para entrar a cinco más —renegué exhausta, pero sabía que no podía dar la espalda y menos cuando Alek me necesitaba al frente—. ¿Qué ocurrió? ¿Otra emboscada? ¿Un robo? —No, señorita, asesinaron al señor Bernstein —palidecí ante la noticia—. Al parecer descubrieron que en su tienda de antigüedades se reunió el señor Morozov con el informante. Según las cámaras de seguridad, llegaron unas camionetas y varios hombres armados rodearon el local para interrogarlo, no se sabe todavía qué tanto les habrá dicho, pero murió desangrado al cortarle el cuello. —No puede ser… ¿Piotr ya lo sabe? —Todavía no, apenas esta mañana se hizo el levantamiento del cuerpo y vine a avisarle en cuanto me llegó la información. —De acuerdo, yo hablaré con él. —¿S-Señorita…? —ese nerviosismo no es bueno en ella. —¿Otra mala noticia? —asintió tímida—. Suéltalo. —También solicitan su presencia en Bielorrusia, hubo un atentado en la frontera y los daños… —levanté mi mano al no querer escuchar una palabra más. Ya bastante era saber que un gran amigo de la familia Morozov había muerto por culpa de un informante que todavía no sé a dónde envió Alek, pero quizás Vicky tenga razón, este imperio no sobrevivirá si seguimos trabajando por separado. —Ordena a mis hombres quedarse con Aleksei, no me fio de nadie, también envía a Radmir a Moscú para que se encargue del cuerpo del señor Bernstein mientras nosotras vamos a Bielorrusia, si todo sale bien, mañana llegaremos a Moscú. Ojalá Aleksei no tarde en despertar, hay mucho de qué hablar y espero me haga caso esta vez antes de que ocurra una tragedia mayor.
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