12. COMIENZO DEL PROBLEMA

1685 Palabras
Rzhev, Rusia Luzhin Me encontraba muy débil para moverme, se me dificultaba respirar y el dolor era insoportable en gran parte de mi cuerpo por las balas que me disparó Morozov antes de caer inconsciente, y de no ser porque mis hombres alcanzaron a sacarme de ahí, creo que no la estaría contando hoy, en especial porque una de las balas perforó la vena cava superior. —Odio admitirlo, pero ese perro de Morozov y tú tienen una gran resistencia —bromeó Serik al ingresar a la habitación mientras yo intentaba ejercitarme para olvidarme del dolor—. Preguntaría cómo te sientes, pero por lo visto estás mejor. —Al contrario, me siento fatal, pero no soporto quedarme sentado tanto tiempo y lo sabes. —Sí, los muchachos me dijeron que en cuanto despertaste te pusiste a trabajar —levanté mi hombro restándole importancia, pero fue una mala movida de mi parte. —Al menos puedo quedar con la satisfacción de que quizás ese perro haya muerto o por lo menos la herida lo deje fuera de combate una buena temporada. —Eso sería excelente, así podemos trabajar mejor. De algo tenía que servir seguirle la pista para emboscarlo, aunque sigo sin saber a quién infiltraste. —A nadie. —Compraste a uno de los suyos —afirmó con el mismo deleite que yo tenía al enarcarle una ceja—. ¿Quién es? —Lo sabrías si no te hubieras escabullido este tiempo. ¿Se puede saber en dónde te metiste? —su satisfactorio semblante parecía trazar algo más, algo que hasta ahora no había visto en él—. ¿Qué? ¿Colocaron una nueva atracción en Sublime? Porque no sé de nada que te haga más feliz que ese agujero. —Excepto acabar con los Romanov. —Sí, también, pero esa cara no la pondrías de haber asesinado a uno —lo rodeé como a una presa, pero poco o nada le importó—. Tienes algo diferente, eso es seguro. ¿Acaso capturaste a alguien importante o conseguiste información valiosa de los Romanov? —No, esta vez no es por ellos —Serik sirvió un par de tragos y me extendió uno, ensanchando una extraña sonrisa. Los siguientes minutos él me contó cómo conoció a una tal Pauline una noche en Sublime y los furtivos encuentros que tuvieron en su maldito escape, lo que terminó por hervirme la sangre y con ello intensificó el dolor en mi cuerpo. —¿Te das cuenta de que esa mujer podría ser una espía y más por la forma en que desaparece? —reclamé ofuscado, pero él no cambió su semblante. —Ella es solo una modelo, nada más. —¿Nada más? Esa mujer puede ser un peligro para nosotros y te recuerdo que solo basta un error para que se termine tu sueño de vengarte. —No ocurrirá. —Debes investigarla cuanto antes. —Lo hice y descubrí que todo lo que me dijo es verdad, es una modelo de joyas que envían a diferentes sucursales, ya que adicional trabaja como publicista. También tengo la dirección de su casa y hasta sé en dónde viven sus padres. —¿Ah sí? ¿En dónde, según ella? —Nóvgorod, es familia clase media, nada interesante ni sobresaliente, así que no tienes de qué preocuparte —respondió como si nada, pero seguía sin convencerme. —¿Qué mierda pasa contigo? —¿De qué hablas? —¿Desde cuándo te dejas arrastrar por una mujer? —No me arrastro por nadie. —Sí lo haces. El Serik Ivanov que conozco nunca dejaría de lado sus obligaciones y menos su venganza por una modelo de joyería. —¿Qué estás insinuando? —cuestionó con la furia al límite, pero no era el único así en la habitación. —No insinúo nada, pero me intriga saber si esa mujer tiene el coño de oro o un maldito vibrador en la garganta que no has borrado esa ridícula sonrisa desde que llegaste. —Ojalá lo tuviera, aunque reconozco que esa lengua es exquisita y ella es fascinante. —Lo dicho, esa mujer te controla con una mano. —Nadie me controla nada excepto cuando esa muñequita tiene las piernas abiertas y grita pidiendo que le dé más fuerte, y si ya terminaste de decir estupideces, será mejor que nos concentremos en lo más importante que es acabar con los Romanov. —Yo lo hago, ¿no me ves? —señalé la herida que ya estaba palpitándome por el dolor. —¿Sabes qué? Me cansé de esa maldita actitud, no regresé a ayudarte y vengarte para que me salgas con estas estupideces. —¡Entonces recupera el maldito foco en lo que te compete! —se notaba que estaba a punto de abalanzarse sobre mí, pero ambos nos fijamos en mi herida que estaba sangrando. Tanto la alegría que traía como la furia provocada se borraron ante un recuerdo que conocía a la perfección y respiró profundo evitando empeorar la situación. —Llamaré al doctor para que te revise. Y deja de hacer ejercicio o te abrirás de nuevo los puntos —comentó ofuscado antes de emprender su huida. —¡Serik! —detuvo su paso en la puerta—. Lo mejor es que te olvides de esa mujer, hay muchas zorras en el mundo que te pueden dar una buena cogida y ahora no estás en posición de distraerte con nada. —Esa mujer no es cualquier zorra, es diferente y me fascina estar con ella, coge como los dioses y me da lo que ninguna otra me ha dado, así que seguiré disfrutando tanto como me dé la gana aun sin tu consentimiento. —¿Y qué pasará cuando recuperes el poder de tu familia? ¿Te casarás con ella, tendrán hijos y vivirán felices por siempre? Porque pareces más un imbécil enamorado de una chiquilla. —No sé qué mierda te metiste o si en el enfrentamiento con ese perro se te pegaron las pulgas de él, pero no permitiré que me cuestiones y si me da la gana de continuar mi aventura con Pauline, así será. —Te gusta… —murmuré sorprendido, pues jamás lo vi defender así a una mujer, pero él ignoró mis palabras y se alejó, aunque enseguida volvió. —Tómate unos días para recuperarte, por ahora no habrá más movimientos ni emboscadas, yo me encargaré de las reuniones pendientes. ¡Y antes de que lo preguntes! —exclamó furioso al notar que lo reprendería— Sí, estaré con Pauline, la invité a acompañarme. Ella también estará ocupada en unas reuniones así que tendré tiempo para todo, solo espero que estés más calmado cuando nos volvamos a ver. (…) El medicamento me consiguió varias horas de calma, al menos respecto al dolor, pero mi cabeza seguía martillándome sobre esa tal Pauline, lo peor era que mis hombres no habían podido seguirle la pista y cuando la tenían, las cámaras la desenfocaban, el ángulo no era el mejor o simplemente desaparecía. Esto no hizo más que incrementar mis sospechas, así que busqué a esa mujer, quise investigarla por mi cuenta, pero me salió la misma información que a él, también intenté dar con una foto suya a través de la empresa, pero solo en una aparecía de cuerpo completo con su rostro nítido. Ella tenía su cabello castaño oscuro hasta la cadera, un cuerpo despampanante y una cara que gritaba zorra por donde se le viera, pero entre más la detallaba, más sentía que había algo extraño en ese retrato. Agotado por tantos eventos, decidí acostarme, pensé en solicitar una prostituta, pero no tenía la cabeza para nada y tampoco estaba dispuesto a padecer ese dolor por una cogida cualquiera, así que me dejé llevar por los recuerdos en mi cama y el rostro de Serik al ver mi herida sangrando me llevó a un viejo evento. Hace muchos años, cuando todavía no poseíamos nuestra libertad, nos ordenaron recoger un cargamento de tráfico humano que debimos trasladar de Serbia al oeste de Kazajistán. Sin embargo, la situación se complicó cuando debimos cruzar el mar caspio, ahí fuimos sorprendidos por un navío militar que no debía estar esa noche en la zona. Dicho encuentro nos llevó a una dura batalla donde estábamos limitados en armamento, huir sería casi imposible, de la mercancía solo conseguimos salvar a diecisiete personas que Serik entregó malheridas, casi todos los hombres que nos acompañaban terminaron muertos y yo habría sido otro, al atravesarme en una lluvia de disparos que casi acaba con él. Serik, desesperado, guio a los sobrevivientes y me llevó a rastras mientras me animaba a continuar, yo en cambio estaba como hace unos días: dolorido, agotado y con ganas de rendirme, pero fue la mano de un amigo lo que me hizo seguir adelante. Ese evento fue lo que nos hizo darnos cuenta de lo que significábamos para el otro y el fuerte lazo de hermandad que habíamos creado. Como dicen algunos: es en las tormentas donde descubres quiénes son tus amigos, y esa noche no nos quedó dudas al respecto. Fue por eso que me empeñé en ayudarlo a recuperar el poder de su familia, me había parecido una total injusticia lo que había vivido y más porque, hasta ese momento, su hermano menor seguía con vida y todavía dependía de él, pero así como el menor de los Ivanov pereció por culpa de una mujer, temo que Serik atraviese el mismo destino, y que haya defendido a esa zorra de esa forma, me hace preguntarme si es un maldito capricho de una cogida monumental, o en verdad está empezando a sentir algo por alguien, siendo esto la primera vez que ocurre en su vida y por eso no es capaz de aceptarlo. —Supongo que el tiempo traerá las respuestas, por lo pronto… —suspiré extenuado— No, tal vez deba dejar de obsesionarme un instante, quizás la mujer sí sea algo positivo en su vida, pero si no, me encargaré de acabar con ella sin importar lo que él diga.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR