Capítulo 13. Lo que causas en mi.

1663 Palabras
El resto del camino, no volvieron a hablar, Bastián se sentía un poco estresado, no podía dejar de pensar en Asher, y aunque se proponía no buscarlo más, al final de la tarde terminaba mandándole un mensaje y llevándolo a su departamento para tener se*xo con él. Lo miró bajar de su auto y sintió que su ritmo cardíaco aumentó, tenía la altura perfecta, y un cuerpo con el que soñaba todas las noches, se negaba a admitir qué se estaba volviendo adicto a ese pasante, creyó que un par de noches sería suficiente, pero no fue así, quería más, quería todo de él. Caer rendido ante alguien no era algo que le hubiera pasado nunca, se sobó los labios y cerró los ojos para tratar de calmarse. Asher era muy lindo, no importaba si él era rudo o no, Asher siempre sabía cómo manejar la situación, era como si estuviera aprendiendo a manejarlo y eso asustaba a Bastián. Asher era la primer pareja se*xual qué lo complacía y eso también era difícil de admitir, era por esa razón qué él se*xo con él, era tan adictivo. “¿Acaso me estoy enamorando?...no…¿Qué tonterías pienso?, no puede…ser”. Bastián tragó saliva y abrió los ojos, sus manos estaban tensas sujetas a él volante. Tenía que detenerse, tenía que detenerse antes de que fuera muy tarde… De pronto miró a Asher venir acompañado de dos niño*s muy parecidos a él, había dicho que eran sus sobrinos, pero cualquiera que los viera pensaría que eran sus hijos, aunque Asher se veía muy joven como para aún ser padre. Mike y Mila eran mellizos, pequeños, de piel blanca, de ojos color miel y de cabello rubio igual que el de Asher. Ese cabello dorado parecía que brillaba con los últimos rayos de sol. “Maldito pasante, ¿Por qué te atravesaste en mi camino”. Ambos niños* venían hablando y sonriendo junto con Asher, haciendo que Bastián se sintiera aún más confundido. “¿Por qué se ve tan bien siendo paternal?”. Asher abrió la puerta trasera del auto y los niños* subieron. —Wow, que bonito auto, ¡Mira Mila!, tiene televisor… —¡Vaya!.... Los dos pequeños se quedaron callados al ver a Bastián, más que asustados, se sintieron curiosos. —¿Eres amigo de mi tío?—Preguntó Mila, Bastián se giró un poco para verla y asintió. —¿Eres un hombre con dinero?—Preguntó Mike. —No, soy pobre, este auto lo robé, es secreto así que no le digas a nadie —Esta bien. Bastián solo sonrió. Mila quedó fascinada al ver a tan guapo caballero, era como los actores famosos de las películas que veía su madre. Asher subió al asiento del copiloto y volteo a ver a sus sobrinos. —Vamos, pónganse el cinturón. Ambos niños obedecieron. —Tío Asher, ¿Podemos ver la televisión?. —Cuando lleguemos a casa. —Pero aquí hay un televisor—Dijo Mike. Asher volteo a ver y en el asiento trasero había una tablet, debía de ser de Bastián, Asher lo había visto con la cara metida en esa pantalla, debía de tener cosas importantes ahí. —No es un televisor, es un aparato de trabajo, así que… —Está bien, puedes ponerles algo para que vean— dijo Bastián mientras se concentraba en el camino. Asher asintió muy agradecido, pues temía qué los niño*s se desesperaran, en especial porque era la hora pico. Tomó la tablet y miró qué tenía contraseña. —Nueve, nueve, tres, dos, cero, uno, ocho. Asher miró a Bastián. —Esa es la contraseña—Aclaró Bastián. —Ha, claro. Les puso una caricatura y los niños* se fueron tranquilos durante todo el trayecto. —Solo déjenos aquí, muchas gracias—Dijo Asher cuando Bastián estacionó frente a la casa de su hermana. —¿No vas a invitarme a pasar?. —Bueno …es la casa de mi hermana, no sé si está limpia y… —No importa, seré ciego, lo prometo—Añadió Bastián. —Además…— dijo y miró la parte trasera. Los niños* se habían quedado completamente dormidos, se veían tan tiernos con sus pequeñas cabezas recargadas entre ellos. —Te ayudaré a cargarlos, no podrás tu solo con los dos. Asher los miró, sus sobrinos parecían dos bellos angelitos cuando dormían, ¿Cómo iba a despertarlos?. —Está bien, le pido una disculpa de ante mano. —¿De que hablas?, ¿Y porque eres tan formal si estamos solos?. —Lo siento, es por costumbre. Ambos bajaron del auto, y cargaron a los niño*s, cuando entraron a la casa, Asher respiró aliviado, la casa estaba limpia, llevaron a los niños a sus habitación y regresaron a la sala en completo silencio. —¿Qué edad tiene tu hermana?—Preguntó Bastián mientras examinaba un poco el lugar, no podía evitar sentir curiosidad por Asher y su familia. —Tiene mi edad, es mi melliza. —¿De verdad?, ¿Y tuvo mellizos?. —Si, se casó muy joven con Peter— dijo Asher y señaló al esposo de su hermana en una foto. —Peter ha sido muy bueno con ella y la ayuda en todo lo que puede, la verdad es que hacen una linda pareja, así que estoy tranquilo. —¿Es ella?—Preguntó Bastián mientras miraba a una mujer con una sonrisa enorme mientras sostenía a dos bebés. —Si. Su hermana no se parecía tanto a Asher pero era muy guapa sin duda, tal vez era porque se convirtió en madre, pero se veía más mayor que Asher. —¿Y tú?, ¿Algún día quieres casarte?—Preguntó Bastián. Asher lo miró y lo pensó unos segundos. —Si, algún día me casaré. —¿Tu hermana sabe que eres gay?. Asher negó. —No, se que si se lo digo ella igual va a aceptarme y entenderlo, pero aún así, me da un poco de miedo confesarlo, es tonto ¿No?. —No, no es tonto, te entiendo. Asher sintió calor en sus mejillas y se aclaró la garganta. —¿Quieres comer algo?, déjame ver que tiene mi hermana, tengo que despertar a los niños para que coman… —¿Puedo quedarme?—Preguntó Bastián de repente. —Si, supongo que si. —Dime algo, ¿Confías en mi?. Asher no podía negar qué Bastián era un hombre educado, lo poco que lo conocía sabía que si, podía confiar en él. —Si. Bastián se sintió complacido, se hubiera preocupado de haberlo escuchado decir que no. —Entonces prometo no romper esa confianza. “¿En serio como espera qué no me enamore de él?” seguía pensando Asher. Asher se fue a la cocina, su hermana por suerte tenía el refrigerador lleno, había carne, verduras, tenía todo para preparar algo rico, así que Asher se puso manos a la obra y empezó a preparar una sopa de verduras y un poco de carne. Mientras que Bastián se mantenía en el sofá, ocupado en su teléfono y haciendo algunas llamadas de trabajo. Después de un rato, Asher despertó a sus sobrinos, los cuales se levantaron a hacer tarea, y mientas qué Asher terminaba la comida, Bastián les ayudaba con lo que no entendían. De pronto Bastián se sintió algo asombrado, aquel ambiente, le gustó, y por primera vez pensó, que sin duda tener una familia, no era tan mala idea. Miró a Asher quien estaba concentrado en la cocina y sacudió la cabeza rápidamente. “No, no te enamores o esto tendrá que terminar”. Bastián recordó todas esas veces que se enamoró de alguien y todas esas desepciones qué se llevó, y la cereza del pastel, fue esa última vez, cuando era mas joven e ingenuo, cuando fue humillado por la persona en la que más confío y con quién pensó que estaría por el resto de su vida, ¿Quién le aseguraba qué esta vez iba a ser diferente?...El amor era algo innecesario, amar a alguien, para él solo significaba terminar lastimado. “¿En verdad crees que iba a tomar en serio a un mari*con como tú?, solo quería tu dinero”… Sintió un escalofrío al recordar eso, y las burlas qué aquello ocasionó. —Ya está lista la comida, niño*s vayan a lavarse las manos—Dijo Asher sacándolo de sus pensamientos más oscuros. Bastián se puso de pie y caminó hasta Asher, se aseguró de que los niño*s ya no estuvieran y lo abrazó por la espalda. —Oye…— Se quejó Asher un poco asombrado. —Es verdad que cuando un hombre cocina se ve sexi— susurró Bastián mientras trataba de no pensar en cosas del pasado. —Deja de decir tonterías y tu también lávate las manos. Bastián sonrió y se alejó de él. —Si señor. —No puedes llamarme señor, soy menor que tú. —¿Y por qué te miras más viejo que yo?. —¿Qué?—Preguntó Asher un poco preocupado. —Solo estoy bromeando. —¿Ya tienes hambre?—Preguntó Asher un poco asombrado de escucharlo hacer bromas. —No te imaginas cuanta—Respondió Bastián mientras lo miraba de pies a cabeza. Asher se puso nervioso y Bastián decidió dejar de molestarlo. —Ya hablando en serio, tienes una piel hermosa, eres muy guapo— dijo Bastián mientras se acercaba a Asher y sujetaba su mano. Asher tragó saliva y se sonrojó haciendo que Bastián sonriera. —Y te vez aún mas lindo cuando te sonrojas. —Basta— dijo Asher avergonzado desviando la mirada hacía otro lado, Bastián lo sujetó de la barbilla y lo hizo verlo. —Tengo muchas ganas de besarte. —¡Qué rico huele!. Bastián soltó a Asher con rapidez y se aclaró la garganta. —Tal vez después—Murmuró al ver que los niñ*os llegaron y se sentaron en la mesa.
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