—Oye Asher, esta noche iremos a tomar algo, ¿Vienes?.
Asher miró su teléfono, ¿salir a beber o estar con Bastián?, la respuesta era más que obvia.
—No puedo, ya tengo planes.
Asher no podía pensar correctamente, se sentía frustrado, pues no dejaba de pensar en Bastián, el muy infeliz lo hacía llorar hasta las lágrimas para después besarlo con cariño y pedir perdón.
En tan poco tiempo, Bastián estaba logrando introducirse debajo de su piel y en sus pensamientos.
En ocasiones cuando pensaba en él, podía sentir sus grandes manos apretando su cuello con gentileza para besarlo, o podía sentir sus labios en los de él.
Se desplomó en su silla y se sobó la sien.
“¿En que lio me estoy metiendo?”.
Su teléfono empezó a sonar y lo sacó con lentitud, miró la pantalla y se enderezó de golpe, era su hermana, Samanta.
—Si, dime—Respondió de inmediato algo extrañado de que ella lo llamara en su horario laboral.
—Creí que no ibas a responderme, debes estar ocupado así que seré rápida, necesito que hoy me ayudes a cuidar a Mike y a Mila
—¿Por?, ¿Esta todo bien?.
—El idiota de Peter se cayó de las escaleras mientras arreglaba el tejado, esta bien, solo se fracturó el tobillo, tengo que ir al hospital, no puedo llevar a Mike y Mila, sabes como es, solo será esta noche.
—Entiendo, ¿En donde están?.
—Están en casa de un amiguito de la escuela, te mandaré la dirección, tienes que recogerlos a las 6.
—Está bien, no te preocupes, ¿Segura que Peter esta bien?.
—Si, esta bien, solo me dio un susto de muerte, bueno, no lo vayas a olvidar.
—Por supuesto que no, yo me encargo.
—Gracias Asher, te debo una.
Asher colgó y suspiró, estaba por empezar a trabajar cuando un mensaje llegó a su teléfono.
《Te espero en el estacionamiento a la hora de salida 》.
Sus mejillas se tiñeron de rojo al ver el mensaje de Bastián. “¿Este tipo no se cansa?”, estaba sorprendido del rendimiento de Bastián, era joven y fuerte, pero a veces parecía que no era humano.
En verdad era un tipo de sangre muy caliente.
《Hoy no puedo, tengo asuntos qué atender》. Respondió Asher un poco cabizbajo.
No recibió respuesta, pero de pronto su teléfono empezó sonar.
‘Señor Klutz ‘ se leía en la pantalla.
Asher casi se cae de su silla, las manos le temblaron y miró en todas direcciones solo para animarse a responder, nunca antes lo había llamado, así que los nervios lo invadieron sin previo aviso.
—Diga.
—¿Así que tienes asuntos qué atender?.
Inclusive su voz sonaba jodidamente sexi a través del teléfono.
—Em…Si, lo siento.
—¿Estás aburrido de mi?.
—¡¿Qué?!...no, por supuesto que no, es que…tengo que cuidar a mis sobrinos esta noche— respondió Asher un poco avergonzado.
—Mmm.
Al escuchar aquel quejido, Asher sintió calor en todo el cuerpo, el se*xo con Bastián podía ser salvaje o sumamente pasional, así que Asher empezaba a conocerlo, si él se*xo era salvaje y sin límites, significaba que Bastián había tenido un día muy frustrante, si era romántico y lento, significaba que Bastián había tenido un día regular.
Eso ayudaba a que Asher supiera como complacerlo de cierto modo y a la vez ser lo que Bastián necesitaba.
—Te acompañaré.
Asher se sobresaltó un poco. —No hace falta.
—Déjame llevarte aunque sea.
“¿Cómo espera qué no me enamore?”.
—Está bien, tengo que ir por ellos a las seis— se rindió Asher, algo le decía que Bastián no iba a quitar el dedo del renglón, no podía pelear con él, de algún modo Bastián lo tenía a sus pies.
Así que a la hora de la salida, como de costumbre, Asher ya lo estaba esperando en el estacionamiento.
Estaba un poco distraído en su teléfono, así que no lo vio llegar, no fue hasta que una mujer habló qué Asher alzó la vista solo para darse cuenta de que hoy su jefe venía acompañado de una bonita mujer.
—Bastián…¿Qué cosas dices?.
La mirada de Asher se posó en aquella mujer, delgada y de cabello rojizo, de hermoso rostro y de vestimenta elegante, tenía que ser alguna ejecutiva o con algún cargo importante, no vestía cualquier ropa, y no parecía una mujer que se pusiera cualquier crema en el rostro.
Su sonrisa era muy bonita, a lado de Bastián se miraba muy bien, hacían una buena pareja.
Los celos invadieron a Asher, se sintió malhumorado y con ganas de largarse de aquel lugar, estaba por hacerlo cuando la mirada de Bastián lo detuvo.
—Entonces…¿Me invitarás a comer?—Le preguntó aquella mujer a Bastián mientras lo sujetaba de su abrigo de un modo sutil.
Asher nunca se había sentido tan ridículo, competir contra una mujer…qué tontería, ¿Cómo podría?.
—Asher, ¿Llevas mucho esperando?.
La varonil voz de Bastián lo trajo a la realidad, sus pestañas revolotearon y para su sorpresa, logró sonreír como si nada.
—No, no tanto—Respondió Asher con esa simpatía qué lo caracterizaba, se enderezó y ocultó sus celos bastante bien.
—¿Quién es él?—Preguntó la mujer que iba con Bastián, quedando maravillada por aquel guapo muchacho, sintió ganas de acercarse a él y tocar ese lindo rostro, nunca antes lo había visto en Koro y un rostro así, era difícil de no notar.
—Te dejo Irene, tengo cosas que hacer — dijo Bastián sin responder su pregunta, presentarle a Asher a ella, jamás, sabía que era una coqueta de lo peor, no quería tenerla encima de Asher.
—Pero Bastián…Vine solo a verte—Dijo aquella mujer sujetando a Bastián del brazo.
—No te pedí que vinieras, la próxima vez avisa, hoy estoy ocupado— dijo Bastián alejando su brazo y caminando a su auto, abrió la puerta para Asher y lo miró subir, subió después y resopló mientras se acomodaba en su lugar.
Asher solo miró como aquella mujer hacia un puchero y daba media vuelta para irse. ¿Quién era ella?, ¿Qué relación tenía con Bastián?, ¿Porqué venía a verlo?.
Tantas preguntas quisieron salir de la boca de Asher, pero se mordió la lengua para evitar ser imprudente.
El trayecto a la dirección que Asher le dio, se estaba volviendo incómodo, así que Asher se animó a hablar.
—Señor, la mujer de hace rato, era muy bonita, ¿Es amiga suya?.
Bastián sentía un escalofrío en la nuca cada que Asher lo llamaba Señor, esa simple palabra lograba alterarlo, no podía entender porque le gustaba tanto que lo llamara así.
—No la llamaría amiga, más bien es solo una conocida mía, ¿Por qué?, ¿Te gustó?.
—¿Eh?, no, solo me pareció bonita, a usted…¿Le gustan las mujeres?.
—Salí con algunas, pero no son lo mío—Respondió Bastián con sinceridad.
Asher asintió un poco aliviado.
—¿Y tú?—Preguntó Bastián.
—Tampoco son lo mío, puedo admirar su belleza, pero eso es todo.
—Ese es tu problema, eres demasiado educado, por eso las mujeres te buscan.
—No creo que eso sea verdad, usted es mucho más frío y aun así es muy popular entre las mujeres.
—¿Eso te pone celoso?.
Asher se encogió en hombros. —No hay razón para celarlo, no estamos en una relación después de todo.
Bastián sabía que él había dejado claro aquello, entonces, ¿Por qué escuchar a Asher decir eso lo puso de tan mal humor?.