—¿Cuántas veces tengo que decirte que lo vuelvas a hacer?, ¿Acaso compraste tu titulo de contador?.
—No señor.
—¡Entonces hazlo bien!.
Asher se sobresaltó un poco al ver como Bastián regañaba a uno de los contadores, los supervisores habían sido llamados a una junta, y ya que los pasantes y asistentes eran quienes se ocupaban de casi todo, eran jalados a esas reuniones, pero no se sentaban en la mesa grande, se sentaban en un rincón, haciendo apuntes y sirviendo agua.
—Estos diseños son un chiste, se supone qué somos una marca profesional, ¿Quién está a cargo de esto?.
Asher miró a su supervisor y su supervisor se puso de pie con lentitud, Asher casi podía ver como las piernas de aquel pobre hombre temblaban.
Hoy sin duda Bastián estaba de muy mal humor, ¿Qué fue lo que le pasó?, nadie lo sabía, ni siquiera Asher, hasta el día de ayer estaba bien, ¿Qué lo había echo enojar tanto?.
—Nuestro equipo esta a cargo señor.
—Explíqueme ¿en que estaban pensando?—Pidió Bastián mientras se sobaba la cien.
—Bueno, estamos cerca de la temporada de invierno, creímos qué los colores oscuros serían más adecuados para la ropa deportiva, en cuanto al logo de Koro, pensamos que modificarlo un poco se…
—¿Por qué lo modificaron sin mi autorización?.
—Aún no se decidió señor, solo es una propuesta para la nueva marca.
—Pues no me gusta, hagan todo de nuevo, y no modifiques el logo.
—Si señor.
La reunión terminó y todos salieron de aquel lugar muy estresados.
—Hey Asher.
Asher miró a Bruce y se acercó a él. —¿Qué?.
—Me habló Mariana, quiere que la veas esta noche.
—¿Por qué no me marcó a mi?.
—Si lo hizo pero estabas en la junta— dijo Bruce.
Asher revisó su teléfono y miró las llamadas perdidas. —Bien, gracias.
—¿Qué le ocurre hoy a Bastián?, lo hubieras visto cuando llegó, hasta parecía que echaba lumbre por la cabeza, regañó a todos, hasta a mi.
Asher miró a Bastián salir de la sala de juntas y se enderezó. —Ya me voy.
Bruce lo sujetó de la mano y lo jaló hacía él. —Oye, háblale bien a Mariana de mi— susurró él en el oído de Asher, sus rostros habían quedado tan cerca qué Asher se sintió algo avergonzado, lo alejó con una mano y tragó saliva.
—¿Qué haces?, ¿Porqué eres tan raro?.
Bruce sonrió y estiró su mano, acarició su cabello rubio y lo abrazó del cuello ahorcándolo un poco sin darse cuenta. —Hay, ¿de que hablas?, ya digámosles a todos que nos amamos.
Asher sabía que Bruce solo jugaba, lo había echo desde que lo conoció, pero en aquel lugar las personas no los conocían ni sabían que tipo de amistad tenían, cualquiera que los escuchara, podría pensar algo…indebido.
—¿No tienen trabajo que hacer?.
Bruce soltó al sonrojado Asher, y se enderezó, mientras que Asher no sabía donde meterse, en especial porque era Bastián quien hacía esa pregunta.
—Si señor, discúlpenos— dijo Bruce.
—Lo siento señor, ya me iba—dijo Asher sin poder verlo a los ojos, lo que menos quería era irritarlo más, dio media vuelta y caminó a paso rápido hasta el elevador, pero él elevador estaba bajando, fue al otro y por suerte llegó vacío, pero antes de que pudiera subir, fue jalado, no se dio cuenta de quién lo arrastraba hasta que la puerta de las escaleras de emergencia se abrieron y se cerraron en menos de dos segundos, Asher quedó frente a frente con Bastián.
—¿No qué no te gustaba ese imbécil?.
Asher tragó saliva, y se estremeció al ver lo enojado qué estaba hoy el jefe.
—No es lo que cree.
—¿Quieres verme la cara de estúpido?.
—No, por supuesto que no.
Bastián sujetó a Asher del rostro y lo empujó contra la pared, Asher cerró los ojos por el golpe y respiró con fuerza.
—Mírame.
Los ojos de Asher se abrieron con lentitud.
—¿Acaso no te dejo satisfecho?, mientras estés conmigo, nadie más puede tocarte, ¿Entendiste?.
Asher asintió.
Bastián lo miraba fijamente, esos labios rojos y esos ojos azules, su mañana había sido un asco y ver como otro tipo lo abrazaba lo ponía mal, se le revolvió el estómago del coraje, tomó a Asher de la mano y lo llevó escaleras arriba, se detuvo de golpe y empujó a Asher de cara contra el barandal, Asher pensó que quería tirarlo de las escaleras y matarlo, pero no fue así, Bastián lo sujetó del cuello con una mano, y empezó a quitarle el cinturón.
—¿Qué hace?—Preguntó Asher muy sorprendido de la fuerza qué tenía.
Bastián no respondió, le bajó la bragueta y Asher se resistió cuando le bajó los pantalones.
Era muy arriesgado tener se*xo en aquel lugar, estaban tan expuestos a que alguien los viera que él miedo empezó a invadir a Asher acompañado de la adrenalina de la situación.
—No, aquí no— dijo Asher sujetándose del barandal incapaz de detener a Bastián, trataba de verlo de reojo, pero Bastián se lo impedía usando su mano, obligándolo a ver al frente.
—¿Por qué no?, ¿Te da miedo de que tu amiguito vea como te cojo?—Preguntó Bastián mientras habilidosamente sacaba su virilidad erecta con una sola mano.
Asher respiró hondo al darse cuenta de que no podía detenerlo y la verdad, tampoco quería que se detuviera, empezó a respirar con fuerza mientras sentía la emoción del momento invadirlo por completo.
Casi gritó cuando él miembr*o de Bastián entró en él, esta vez no fue paciente o gentil, lo hizo de un solo golpe, haciendo que Asher sintiera dolor, Bastián lo sabía, sabía que iba a dolerle, así que por eso lo hizo.
Sentir su verg*a tan apretada lo hizo sentirse muy excitado, abrazó a Asher y se pegó a su oído. —Nadie va a coge*rte como yo, recuérdalo siempre.
Dicho aquello, Bastián empezó a entrar y salir de Asher, disfrutando de él, mientras que Asher tenía los ojos llenos de lágrimas, no podía pensar bien, aquello ¿porque le gustaba tanto?, ¿Por qué le gustaba esa rudeza?, sus lágrimas eran de dolor y de placer, sus manos apretaban el barandal mientras que sentía la mano de Bastián masturb*ando su miemb*ro.
—Por favor…agh…mmm…ah…no más…
Bastián empujó con fuerza y Asher gimió, dejando caer su cabeza hacía atrás, incapaz de soportar tanto placer, sintió como eyacu*laba y se perdía en los brazos de Bastián, aquel orga*smo lo hizo ver nubloso, mientras que Bastián no dejaba de penetrar*lo.
—Vamos date prisa.
Bastián se detuvo y Asher abrió los ojos un poco asustado, se escucharon voces justo debajo de ellos.
—No deberíamos de fumar aquí.
—Nadie usa estas escaleras.
Debajo de ellos, dos mujeres se habían sentado en la escalera para fumar un cigarro.
Bastián sujetó a Asher cuando él quiso huir, le tapó la boca y lo jaló para empujarlo de cara contra la pared.
—No hagas ruido o nos escucharán— le advirtió Bastián en voz baja.
Asher negó y trató de empujarlo, pero Bastián era más fuerte, lo presionó contra la pared y continuó embistiéndolo, haciendo que Asher se mordiera la lengua para evitar gritar por el placer.
Nunca antes nada había sido tan excitante.
Ambos tenían se*xo mientras que aquellas mujeres hablaban como si nada debajo de ellos.
—¿Has visto al chico rubio qué está en el piso ocho?.
—¿Uno de los pasantes?.
—Si, es muy guapo, estoy enamorada de él, ¿Será soltero?.
—¿Porqué no le hablas?.
—¿Cómo crees?, me pongo muy nerviosa cuando lo veo en el comedor, ¿Cómo voy a hablarle?.
—Escuché que la zorra de recepción esta detrás de él, así que deberías de darte prisa.
Mientras tanto Bastián sonrió al escuchar aquella conversación, si tan solo ellas supieran qué Asher solo era de él.
Asher por otro lado, no podía poner atención a lo que esas mujeres decían, estaba preso en los brazo de Bastián y sentía que en cualquier momento iba a volver a….
Bastián empujó con fuerza y rugió, apaciguando aquel sonido en la espalda de Asher, sintiendo como su seme*n era disparado en el hermoso cul*o de aquel pasante.
Apretó el cuerpo de Asher con sus brazos y disfrutó de aquella sensación tan deliciosa.
—Bastián…yo…creo que me gustas.