La penumbra me envuelve y me remuevo para sentir el cálido cuerpo de King pegado a mí; la luz del día me dice que aún es temprano. Me remuevo solo para sentir la erección de King y escucho cómo su gruñido retumba a través de él y acomoda mi espalda contra su pecho. —Buena manera de despertar a media noche. —Su voz, gruesa por el sueño, envía una ola de escalofríos por mis brazos. —Apenas hemos dormido. —Farfulló con media sonrisa. —Me importa la calidad, no la cantidad. Me río y arqueo mi espalda contra la erección, presionando contra mi trasero. —Es una pena. Estaba a punto de preguntarte si querías un rapidito antes de que deba hacer el camino de la vergüenza a mi departamento, pero sé que debes estar agotado. Hace un ruido pensativo como si estuviera debatiendo sobre el calenta