Capitulo 12 - Cena desastrosa.

2239 Palabras
Dando vueltas por la habitación, estresada y ansiosa me reprochaba el hecho de no haberle preguntado a Jared si debía usar un atuendo casual o más bien formal, prácticamente estaba que me jalaba el pelo de lo histérica que me sentía. Mi madre había cambiado sus horarios, los fines de semana eran para descansar, me alegraba por ella pero sabía que si salía me iba a examinar como a todos sus pacientes, detallaria mi lenguaje corporal, mis gestos, todo, nada más de pensarlo me llenaba de nervios. — ¿Y si le mando un mensaje? — me pregunte mordiéndome el labio inferior. — No, pensará que busco excusas para hablarle o peor, que estoy ansiosa por verlo... Pero si lo estoy... — ahora me mordía las uñas sentada en el borde de la cama. — Si que lo estás, querida. — pegue un brinco al escuchar a mamá hablarme desde la puerta. Se apresuró a llegar ante mí entre risas, había caído de culo al suelo. — lo siento cariño, no quería asustarte. — dijo extendiendo su mano hacia mí, la tomé molesta. — Aún parece que no sabes tocar. — refunfuñe, molesta. Me senté nuevamente en mi cama y mi madre se sentó a mi lado, sonriente. — Asumo que estás así por tu cena con Jared y su familia... — asentí. — cuéntame, ¿Qué pasa? — pregunto ella posando su mano en mi rodilla en un gesto de apoyo, suspiré. A fin de cuentas no perdía nada al decirle. — Es que no tengo ni idea de que ponerme, no le pregunté a Jared, y no quiero enviarle un mensaje, me veré demasiado ansiosa... — mi madre sonrió divertida. — Bien, yo buscare lo que te vas a poner. — abrió mi clóset rebuscando en él algo para mí. Saco de él un vestido colorido, blanco con flores, bueno, no era muy casual ni elegante, era perfecto. Saco una pequeña chaqueta blanca y la dejo sobre mi cama. — ¡Gracias mamá, eres la mejor! — le dije emocionada. — Lo sé, lo sé, ahora ve a ponerte hermosa que ya se hace tarde... — asentí, y me apresuré al cuarto de baño. Un rato más tarde, vestida con la elección de mi madre me miraba al espejo, mamá insistió en arreglar mi cabello y mi rostro. Con el cabello seco y un poco de maquillaje al natural, me dirigí nerviosa a la puerta, mi madr me miraba sonriente. — ¿Y si me acompañas? — le pregunté nerviosa. Mi madre se cruzó de brazos y negó con la cabeza. Acto seguido abrió la puerta. — Anda ve... — achique los ojos mirándola con reproche. — Así que me lanzas al río, con cocodrilos, a mí, a tu bebé... — le dije mirándola con una mirada suplicante. Ella negó con la cabeza, decidida. — Tu psicología no funciona conmigo, recuerda que tu madre es la ama y señora de la psicología. — dijo divertida. — Pero tú me haces ir contigo a lugares a los que no quiero ir... — dije, haciendo un puchero. — Basta de berrinches Alison, estoy segura de que estabas ansiosa de estar con Jared, y lo que yo hago solo es persuadirte, depende de ti aceptar. — dijo encogiéndose de hombros. La miré seria, con un gesto de reproche. — Que conveniente, eh... ¿Madre? — ella soltó una carcajada y me empujó por la puerta. — No pierdas más tiempo, vas a llegar tarde... — la miré suplicante. — Oh, espera cariño... — entro en la casa y al momento volvió con una botella de vino. Me la entrego. — no se debe llegar con las manos vacías... Ahora sí, Shu, Shu... — la fulmine con la mirada. — ¿Acaso estás corriéndome como a un perro? — mamá se cruzó de brazos divertida. — ¡Ya basta, Ali! Tú querías esto, deja el miedo. — suspiré rendida. Mamá tenía razón, no podía perder más tiempo, debía asistir, si tanto deseaba seguir con Jared. — Vale, lo haré. Iré. Deseame suerte, mamá. — ella sonrió y levantó ambos pulgares hacia mí. Mamá seguía parada en el umbral de la puerta, sentía su mirada en cada paso mientras caminaba hacia la casa de Jared. Me gire y le hice una seña para que volviera a dentro, vislumbre una sonrisa en su rostro, me envió un beso al aire, y volvió a entrar a casa, sabía que me espiaria por alguna ventana. Una vez parada frente a la puerta de Jared respire profundo y solté el aire de mis pulmones para darme valor, en un impulso toque la puerta, Jared abrió la puerta, como siempre, con una sonrisa deslumbrante, sus ojos me recorrieron de los pies a la cabeza, ensanchando más su sonrisa. Miró el vino en mis manos. — Hola, eh, esto es para ti. — me sonrió y lo acepto. — Hola... — después de dudar un segundo se acercó, y dejó un casto beso en mis labios, dejándome pasmada. — estás preciosa. — dijo sonriente sin dejar de mirarme, yo que no solía ser nada tímida ahora estaba temblando, mis manos sudaban y mis piernas parecían gelatina, le sonreí en agradecimiento porque nada salía de mi garganta. Él me tomo de la mano y me arrastro detrás de él hacía su casa. Detalle todo, lo había mejorado, la última vez todo se veía más rústico, me llevo al comedor donde se encontraba ya su familia, su madre, su hermana y su cuñado. — Familia... Ella es Alison Adams, es mí... — parecía dudar, en cierto modo no habíamos dicho que éramos novios... — es mi... — Soy su amiga... Es un gusto conocerlos a todos. — todos asintieron sonrientes. — Oh, querida, es un gusto volver a verte. — dijo su madre. Le sonreí. — Opino lo mismo señora Williams. — ella me sonrió amablemente. — Por fin te conozco Alison, mi hermano me ha hablado mucho de ti. — dijo su hermana. — te agradezco mucho la ayuda que le has dado a mi familia... — No es problema, además yo no soy quien ayudo, fue mi madre... — respondí incomoda. Sabía que a Jared no le gustaba hablar del tema. — Todo se debe a ti, sin ti ella no nos habría ayudado. — me dijo Jared con una sonrisa incómoda en el rostro. — Siéntate, por favor. — Saco una silla y me la ofreció. Asentí y me senté, él se sentó a mi lado. La cena empezaba bien, su familia me contaba lo bueno de su infancia, que era muy poco a decir verdad, y me preguntaban por mi vida, compartía cosas de mi vida para no volver al tema de la vida de Jared, total, ya la conocía. — Ah, es increíble que seas la hermana de Dylan. — dijo el esposo de Sara. — Ah, sí. El mundo es un pañuelo... También son amigos de la hermana de nuestra compañera, Vicky. — comenté. Sara fruncio el ceño y miro a su esposo, ¿Había dicho algo malo? El chico parecía incomodo ante la mirada de ella. Nuevamente Sara se giró a mí. — Si, mi esposo es muy amigo de la hermana de Vicky. — miró a su esposo, quién se retorció incomodo en su asiento. — Eh sí, solíamos ser buenos amigos. — dijo él, para luego carraspear su garganta y mirar a Jared suplicante. — Ah, eh... — dijo Jared dubitativo. — me gustaría agradecer a todos por haber venido. — dijo cortando la tensión en el ambiente. — me encanta saber que mi familia está nuevamente reunida... y que podemos ser una familia normal. — sonrió divertido, sonreí incómoda ante su comentario, sabía lo dura que había sido su vida. Sara intento sonreír, pero era evidente que mi metida de pata la había trastocado. Ahora me sentía más que incomoda. — ¡Entonces, a lo que vinimos! ¡Buen provecho! — dijo Jared sin saber que más decir. La comida fue realmente incomoda, cada momento era tensó, Jared intentaba sacar temas de conversación en los que su hermana respondía con tres palabras y su cuñado igual, su madre se había enfocado en su plato y en su copa de agua, tome la mano de Jared por debajo de la mesa para darle ánimos, levantó la mirada de su plato e intento sonreírme dulcemente, pero solo pudo darme una amarga sonrisa. A la hora de irse, Sara había reclamado a su esposo el que hablara con la hermana de Vicky y que le contase sobre la vida de su familia, Jared y yo mirábamos la escena desde un poco más atrás, la pareja se encontraba en la puerta de salida, lo que me impedía irme, me gire hacia la señora Williams y lo que vi me dejó helada, estaba tomándose el vino que yo había traído de un sorbo, se lo bebió totalmente y miro hacia su hija y su yerno furiosa. Supe la intención que tenía cuando la vi acercarse con la botella vacía hacia nosotros, empuje a Jared al tiempo que ella lanzaba la botella. — ¡Váyanse al diablo! — grito con voz temblorosa, al tiempo que la botella se estrellaba contra la pared, pasando muy cerca de su yerno, la pareja se giró hacia ella, ambos sorprendidos. — ¡Familia normal! ¡Jamás seremos normales! ¡Tú también has escogido a un mal hombre! — le gritó a su hija, Jared se levantó furioso y se acercó a su madre. — ¡Que hiciste, mamá! — exclamó totalmente decepcionado. — ¡Lo único que se hacer! ¡Déjame en paz, Jared! — Jared intentaba agarrarla del brazo, pero ella lo empujó a un lado. Nuevamente se giró hacia Sara. — serás tan alcohólica como yo, cuando él te deje, así que debes elegir. ¿Qué harás? ¿Dejaras que se vaya ahora o después de que estés sufriendo con sus hijos? — se acercó con pasos torpes a su hija. Posó su mano en el rostro de ella, ya estaba llorando... suavemente lo retiro y se giró. — Ahora no, mamá. Estoy cansada, y en algo tienes razón, no somos y jamás seremos una familia normal. Por lo visto estoy destinada a seguir tus pasos... Yo, que lo he evitado por siempre. — salió por la puerta, su esposo la siguió rápidamente, gritándole que lo esperase, que todo tenía una explicación. Jared se encontraba de pie, mirando la escena con decepción, su madre en la puerta miraba como su hija y su yerno se marchaban. — Madre... por favor, al menos ve a descansar. — le dijo acercándose a ella y tomándola suavemente del brazo. — ¡Que no, maldita sea! — gritó furiosa alejándolo. Corrió a la cocina buscando alcohol. Jared me miró preocupado, pero continuó con su lucha, la siguió a la cocina. — ¡Mamá! ¡No hay nada ahí! Me he deshecho de todo el alcohol por tu bien. — ella se giró furiosa ante él y empezó a golpearlo por todas partes, Jared se encontraba agotado, así que simplemente la dejo hacerlo. Sentí como un líquido tibio se resbalaba por mis mejillas, pase mis manos por mi rostro, asombrada. Lloraba por él, y no porque él me causará tal sufrimiento, lloraba porque me dolía verlo sufrir, si pudiera cambiar su vida, lo haría. Jared se giró hacia mí con una mirada vacía. — Ali, por favor... Ayúdame, busca el calmante. — asentí rápidamente, recordaba de dónde los había sacado la última vez, así que lo busque, prepare una jeringa, mire a Jared indicándole que estaba lista, él simplemente asintió y sostuvo a su madre fuertemente en lo que ella gritaba insultos hacia su persona. Me apresure a aplicarle el calmante, no llevo más de un minuto, la señora Williams se desplomó en los brazos de su hijo. Jared la tomo con un brazo y la rodeó con el otro para remangarse las mangas de su camisa, una vez listo la alzó en sus brazos sin ningún esfuerzo, lo seguí escaleras arriba hasta la habitación de su madre, por si llegase a necesitar de mi ayuda, abrí la puerta cuando él llegó frente a la habitación, entro en ella sin decir una palabra, acostó a su madre en la cama, le quitó las zapatillas y la arropó. Acarició su frente mientras que se arrodillaba a su lado. — Somos un desastre... tienes razón, mamá. — dijo mientras que de sus ojos hermosos salían lágrimas, lo mire, mi corazón dolía. Se limpio el rostro y me miró levemente. — aún estás a tiempo de dejarme, marcharte lejos de mí, del caos que soy, del desastre que es mi entorno. Decide lo correcto Ali. — dijo sin verme. — Tanta calma ha hecho mi vida aburrida... — me acerque a él, me arrodille a su lado. — tú eres lo mejor que me ha pasado en toda mi vida, estoy lista, estoy preparada, estoy dispuesta a superar lo que venga... A tu lado. — Jared se giró sorprendido hacia mí. Sonrió y acarició mi cabello, se acercó un poco más y me dio un tierno beso. — Eres increíble... — sonrió mirándome fijamente. — que conste que te lo advertí. — asentí sonriente. Me apresure a tomarlo en mis brazos. — No insistas, no cambiare mi decisión. — susurré en el hueco de su sueño.
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