¿Tú eres la Hacker?

Capítulo 13 — Despedida, el último adiós.

La última vez que vi a la señora Williams fue en un momento realmente espantoso, le prometí a Jared que no lo abandonaría y estaba decidida, no lo haría, nuestra relación no se había formalizado, pero era yo quien se sentaba a su lado en clases, era yo quien tomaba su mano de camino a casa, y aunque dentro de él viera un mundo de emociones, sobretodo enojo y tristeza, seguía firme en mi decisión de no abandonarlo, su madre había recaído y ahora no le permitían salir, tampoco nos dejaban verla, nuevo, no era que yo quisiera verla, siendo sincera me daba un poco de miedo, pero sentía pena por Jared, sufría en silencio, y ahora trabajaba mucho más, quería pagarle a mí madre todo el dinero que ella había pagado por la rehabilitación de la señora Williams, y aunque mi madre e incluso yo le dijimos que no era necesario, él solo se enfado, y argumento que su madre nos había fallado, que no merecía tal regalo, que en todo caso era un desperdicio, así que sí, los únicos momentos en los cuales yo podía estar con él, eran de camino al instituto y de vuelta a casa. Chloe había decidido que necesitaba un novio, porque no quería arruinar nuestros momentos, así que ahora tenía una víctima, el pobre chico no sabía dónde se había metido.

Como todos los días me encontraba caminando de la mano de Jared hasta casa, él iría a cambiarse para ir al trabajo y yo iría a casa para hacer un poco de tarea, últimamente se podía decir que era la alumna prodigio, ademas de que me había ofrecido a ayudar a Jared con sus tareas, en un principio se negó, pero después de casi reprobar algunas materias y un poco de persuación, termino por aceptar.

— Gracias por lo que haces, linda. — me dijo posando su frente en la mía, me gustaba cuando hacía eso, era un gesto tan tierno. Jared me rodeo con sus brazos, poniéndolos sobre mis hombros y alrededor de mi nuca. — eres maravillosa... Dime, ¿Qué hice yo para merecerte? Algo bueno debí haber hecho en otra vida, eso es seguro. — sonreí al tiempo que sentía como mis mejillas se calentaban. Jared retiro una de sus manos y apretó mi mejilla con una sonrisa en el rostro. — eres linda cuando te sonrojas. — desvié mi mirada un poco.

— Sabes que no es nada, cariño. — respondí soltándome de su agarre, sabía que el momento no duraría mucho. — ¿Mañana te espero a la misma hora? — Jared suspiro y asintió sin más ganas. Agarro mis manos entre las suyas.

— Siempre. — me dio un casto beso en los labios y se apresuro a marcharse. Chloe se acercó a mí dejando a su novio atrás, miró junto a mí como Jared se marchaba.

— Pobre chico... ¿Por qué cosas malas le pasan a las buenas personas? — me pregunto seriamente, la mire con el ceño levemente fruncido.

— Jared siempre ha sido así, es el ancla en su familia, el único que mantiene los pies sobre la tierra. — Chloe enredo su brazo en el mió y recostó su brazo en él — es un guerrero, siempre lo admire. — dije con seguridad.

— ¿Lo admiraste o lo amaste? — pregunto Chloe en tono burlón. Reí un poco con su pregunta, me gire un poco, su supuesto novio ya estaba lo bastante cerca como para escucharnos, Chloe dirigió su mirada también hacía él. — ¡Hey, lindo! — le dijo llamando su atención, el rostro del chico se ilumino de repente.

— ¿Si, amor? — pregunto él sacando pecho, vi a Chloe rodar brevemente sus ojos y reprimí una risa burlona.

— ¿Por qué no te vas? mi amiga y yo necesitamos espacio, nos vemos mañana, shu, shu. — Chloe se había soltado de mi brazo para acercarse a él y correrlo por la espalda, él se giro y le dio un beso rápido en los labios antes de irse corriendo, mi amiga sorprendida toco sus labios, y sonrió.

— Ah, mírate. Al parecer si te gustaba ese chico y estuviste negándolo todo el tiempo. — dije al tiempo que me acercaba y le daba un codazo divertida. Chloe rodo los ojos intentando ignorar mis palabras.

— Alison, debe gustarte alguien si quieres pasar el rato con esa persona, no lo acepte simplemente para no ser un mal tercio, también me gustaba, es detallista, me obedece y cumple mis caprichos. — dijo sonriendo de oreja a oreja.

— Creo que tu concepto y el mío sobre amor es totalmente distinto. — respondí pensando en como Jared y yo formábamos un equipo y nos apoyabamos mutuamente. — yo creo que una pareja debe apoyarse mutuamente, que son un equipo, que cuando uno da un treinta, el otro puede dar un setenta, y es así como se complementan. — Chloe me miró sorprendida.

— No sueles hablar así, ya veo que estás completamente enamorada. — rodeó mis hombros de costado y sonrió. — me alegro de que no se haya quedado solo en obsesión, psicópata. — dijo en un tono de broma, solté una carcajada y la empuje suavemente.

— Tal vez solo estaba un poco obsesionada, pero ahora puedo controlarlo. — ella asintió ante mi respuesta.

— Bueno, me voy antes de que mis padres se pregunten si me fugue, aunque posiblemente lo noten en una semana ya que nunca están. — dijo ella en un tono divertido, aunque yo sabía que en el fondo le molestaba mucho estar sola.

— ¿Quieres que te acompañe? — le pregunté caminando a su lado. Ella negó con la cabeza y se alejó de mi un poco.

— No, ve a casa... ya estas cerca. — dijo dándome un ultimo abrazo antes de irse...

En ese momento mi teléfono sonó con el tono que siempre me alegraba de escuchar, era Jared. Rápidamente lo saque para contestar, deslice la pantalla y conteste al tiempo que ponía el celular en mi oído.

— Hola ¿Acaso tan pronto te hice falta? Espera... ¿No estabas... — antes de que pudiera decir algo más la voz temblorosa de Jared me interrumpió.

— ¡Es mi madre! — gritó Jared. — dicen que ha intentado quitarse la vida, Alison... — me quede de piedra ante sus palabras.

— ¿Ella... está bien? — titubee al hacer la pregunta.

— No lo sé, pero deje mi trabajo tirado tan pronto recibí la llamada de la clínica, creo... — lo escuche respirar fuertemente para luego continuar con aquella frase que le causaba tanto dolor. — creo que la enfermera dijo que de momento se encontraba estable... — soltó un fuerte suspiro. — nos vemos allá, te necesito Ali. — dijo él con voz entrecortada.

— ¡Estaré ahí, siempre estaré para ti! Trataré de no tardar. — dije antes de colgar, sabía que él estaba destrozado.

Corrí a casa, tire mi morral sobre mi cama y me cambié rápidamente, unos jeans y un gran suerter, lo primero que encontré junto con mis tenis favoritos. Tomé el auto de mamá, había aprendido a manejar el verano pasado y esperaba no haberme olvidado de nada. Había sacado mi licencia tan pronto como cumplí mis dieciocho, solo esperaba que no me detuvieran por el camino.

Nadie me detuvo, por suerte logré llegar a la clínica en la que se encontraba la madre de Jared, pregunté por ella, para mí mala suerte solo dejaban entrar a familiares, y yo no estaba incluida, envié un mensaje a su hija que rápidamente llegó tan pronto se enteró.

— ¡Oh Dios mío! ¡Alison, muchas gracias por avisarme! ¿Qué sabes de ella? ¿Dónde está? — me bombardeo a preguntas tan pronto estuvo frente a mí, sus manos apretaban mis hombros.

— Jared debe estar con ella... No me han dejado entrar porque no soy familiar de la señora Williams, Sara suspiro pesadamente y se dirigió a la recepción.

— ¡Mi hermano está aquí, junto con mi madre que está en observación! ¡Y ella es como una hija para mi madre así que viene conmigo! — sonreí al ver como Sara hablaba por mi, era la primera vez que me hablaba y también que me incluía en su familia, así que aunque estuviéramos en un momento duro, una pequeña parte de mí se alegraba de poco a poco ser aceptada en la familia de Jared.

Un rato después Sara había infundido su voluntad, nos dirigimos a la habitación de la señora Williams. Tan pronto como entre en la habitación Jared se apresuró a lanzarse a mis brazos, me acogió fuertemente, sabía que podía transmitirle paz, tanta como él a mí en muchos de mis malos días en el instituto.

— ¡Estás aquí! — exclamó con voz decaída mi chico. Suspiré antes de soltarme suavemente de su agarre.

— Estoy aquí, pero no estoy sola, Sara ha venido a ver a tu mamá. — señale a Sara con la mano, Jared la saludo brevemente dándole un pequeño abrazo, antes de soltarse de ella.

— Mamá intentó suicidarse, la enfermera me dijo que tenía una carta en el bolsillo de su ropa. — Jared saco de su bolsillo un papel y se lo extendió a su hermana que lo tomo rápidamente y empezó a leerlo, sus ojos se llenaron de lágrimas inmediatamente.

— Pero no lo entiendo, aquí dice que no tiene sentido vivir, que solo nos da problemas y es por eso que decidió acabar con su vida. — dijo Sara levantando la mirada de la carta, Jared asintió, cabizbajo. Agarre su mano entre la mía y le di un suave apretón, para mostrarle que no estaba solo, que yo estaba aquí para él.

— Yo tampoco lo entiendo, créeme todo estaba yendo tan bien. Esto fue inesperado, lo de la otra vez solo fue una recaída y estoy seguro de que podíamos superarlo. Mamá también escribió algo más, léelo por favor. — Sara miro nuevamente la carta, al terminar miro a Jared sorprendida.

— Dice que nuestro padre salió de la cárcel y que no debemos juzgarlo, dice que él es un buen hombre. — dijo frunciendo el ceño. Jared asintió nuevamente, igual de confundido que su hermana, claramente yo tampoco lo entendía, nunca había visto a Jared hablar de su padre, ni siquiera con Sara, lo único que llegue a investigar en pequeñas menciones es que el hombre también era un alcoholico y que los había abandonado, así como lo hizo saber la señora Williams en aquella desastrosa reunión.

— Es lo que no entiendo, según lo que ella había dicho, él la abandono. — dijo Jared confundido.

En ese momento una enfermera interrumpió su conversación.

— Disculpen, la señora Williams ha despertado y insiste en hablar con sus hijos. — dijo la enfermera, rápidamente Jared se apresuró en ir a la habitación de su madre, conmigo a rastras, seguida por Sara.

Cuando entramos la señora Williams se quedo mirándonos con ojos vacíos, eran los ojos de una persona que ya no tenía motivos para seguir, era evidente, ella había perdido el rumbo y eso me enfurecía, por Sara, por Jared, esa mujer no pensaba en ellos, ambos habían sacrificado parte de sus vidas que jamás podrían recuperar, siendo usados y abusados de modos que no podría mencionar, solo ellos saben y son conscientes de lo que han sufrido, Jared manteniendo el hogar, pagando por el tratamiento de su madre, porque nunca dejo que mi madre le ayudará, decidió que lo mejor era pagarle todo lo que ella había gastado en ayudar a su madre, más que todo por el hecho de que era mi novio, tenía más de un trabajo que absorbía su tiempo, aún así él tenía tiempo para mí e incluso para sus clases, Jared era un luchador y tenía muy en claro lo que quería para su vida.

— Están aquí. — dijo con voz rasposa. Jared se acercó a ella, Sara se quedo cerca de la puerta, sabía que aún estaba muy dolida por su ultima discusión con su madre.

— ¿Por qué, mamá? — Jared se acercó más a ella, yo decidí quedarme en una esquina para darles su espacio, Jared estaba muy dolido. — habíamos hablado... — ella levanto una mano y la poso en la mejilla de su hijo, acariciando su mejilla.

— Mi pequeño Jared, que cruel he sido contigo, que desconsiderada. — dijo la señora Williams mirandolo a los ojos, yo no podía estar más de acuerdo con ella. Era una desconsiderada, Jared se desvivía por ella.

— No madre, no pienses en el pasado, podemos arreglarlo. — dijo Jared tratando de animarla, sin darse cuenta de lo perdida que ella estaba.

— El pasado, si se tratará solo del pasado, yo siento que hoy será el último día, mi último día,y no quiero irme sin pedir perdón. — Jared agarró la mano de su madre, agacho su cabeza y lloro en silencio, siempre supe que en algún momento se quebraría, que su coraza fuerte, esa que evitaba a todos en algún momento iba a romperse, como lo estaba haciendo en este momento. Su madre acaricio su cabello y miro a su hija Sara con una mirada de arrepentimiento. — tú has sido muy fuerte, me sorprende que hoy estés aquí. — le dijo dándole una sonrisa dulce, Sara suspiro y dejo salir lo que tenía atorado en su garganta mientras que las lágrimas corrían por sus mejillas.

— En eso tienes razón madre. Pero no me quede, no como Jared, si alguien ha aguantado todo este tiempo tus problemas y ha liado con eso es él. — dijo Sara dándole todo el crédito a Jared.

La señora Williams asintió y se soltó en llanto, ella se sentía culpable, al menos, eso era un alivio.

— Han sido tan buenos que no merecen todo este sufrimiento, su padre vendrá, le envié una carta a la cárcel, antes de que saliera, se hará cargo de ustedes. — Jared levantó el rostro, confundido.

— ¿Nos dejarás con un hombre que no conocemos? Y que ademas acaba de salir de la cárcel. — le dijo él a la señora Williams, y tenía razón, ella al parecer no pensaba demasiado en las cosas.

— Él es un hombre bueno, si estuvo preso fue por mi culpa... — Jared y Sara la miraron, aún más confundidos. — tener dos hijos no era fácil para mí, ustedes saben que nunca lo fue, sufrí de una depresión que solo podía ignorar cuando bebía, un día enfurecí tanto que mi ebriedad no me dejo pensar... — miró a Sara, quien desvió la vista. — te hice daño, cariño. Los vecinos llamaron a la policía al oír tus gritos... — la señora Williams respiro profundamente, tosió un par de veces, se tapó la boca con la mano y luego continuó, algo no andaba bien. — Daniel se hecho la culpa, se lo llevaron a él y yo quede perdida sin él. Y tú mi niña, con esa cicatriz... Imagino que aún debes odiarme. — miré brevemente a Sara que cubrió su cuello, nerviosa. Y pensando justo ahora, ella solía usar ropa bastante cubierta, creía que le gustaba lucir elegante, pero al parecer no se trataba de eso.

— Recuperate pronto, madre. — dijo Sara secamente, antes de darse la vuelta e irse.

— ¡Espera, Sara! — le gritó Jared, aunque ya era demasiado tarde, Sara había corrido o más bien: huído. Jared soltó un fuerte suspiro antes de mirar a su madre.

— ¡Mi niña! ¡Mi niña! — repitió la señora Williams, perdiendo la voz de a poco. — mi niña, perdóname... — Jared agarro su mano intentando calmarla, pero era casi imposible, la señora Williams se veía bastante desesperada, perdía la voz, y lo que en un instante pareció un intento desesperado por llamar la atención de su hija, se convirtió en una tragedia. Su respiración estaba fallando y Jared y yo nos asustamos demasiado, ella puso una mano en su pecho.

Me apresure en apretar el botón para llamar a alguna enfermera, pero nadie llegaba, así que solo corrí en busca de una, mientras ignoraba los gritos de Jared. Afuera aún estaba Sara intentando calmarse, tan pronto como me vio correr desesperada en busca de ayuda se apresuró a mi. Una enfermera se me acercó y entendió rapidamente que algo había pasado, se apresuró junto con un doctor a la habitación de la señora Williams.

— ¡¿Qué le pasa a mi madre?! — grito, mis lágrimas no me dejaban hablar, Jared sufriría, sabía que era egoísta al pensar solo en su sufrimiento, pero era en lo único que podía pensar. Sin embargo estaba dispuesta a estar ahí para él, en todo momento.

— No lo sé, solo empezó a gritar y se quedo sin voz... Yo... La vi dejar de respirar, presione el botón, pero nadie venía... — Sara me tomo del brazo y corrió delante de mi hacía la habitación de su madre.

Cuando llegamos, dos enfermeros intentaban detener a Jared mientras que un doctor intentaba reanimar a la señora Williams, fallando en cada uno de sus intentos.

— ¡Mamá! ¡Dijiste que sería diferente! — grito Jared entre llanto. Moría de ganas por ir y abrazarlo, pero Sara apretaba con fuerza mi brazo, obligándome a quedarme a su lado, ella miraba la escena como si estuviera viviendo algo irreal.

El doctor miro a la enfermera y negó con la cabeza, entonces lo entendimos, la señora Williams ya se había ido, ella había dicho la verdad, sería su ultimo día junto a sus hijos y no había salido tan bien como lo espero, pero al menos se pudo disculpar, esperaba que la señora Williams al menos tuviera la oportunidad de redimirse en el otro mundo o en el cielo, si es que existía uno y ella iba allí.

Sara corrió hacía Jared y lo abrazo, yo también lo hice en un movimiento involuntario, era mi novio, y el amor que sentía hacía él me permitía sentirme tan conectada a él, al punto de sentir su dolor como mío.