Nuestra amistad era cada vez mejor, Jared iba con nosotras al instituto y volvía con nosotras a casa, Vicky seguía molestandome, pero ahora tenía a Chloe que nada más oírla se giraba para hacerle frente, por más que le pidiera que la ignorara, eso no funcionaba con ella, Chloe era única y adoraba de ella su actitud guerrera.
Jared se había dirigido a sus clases y nosotras caminábamos juntas por los pasillos hasta nuestras respectivas clases. Chloe como siempre iba colgada de mi brazo.
— Miren, ahora permiten relaciones lésbicas en esta escuela. — escuché la tan particular voz de mi ex mejor amiga, siempre tan observadora. Chloe se soltó de mi brazo rápidamente girándose hacia ella para plantarle cara.
Mi amiga la miró de manera desafiante con una sonrisa victoriosa en el rostro, yo en mi lugar la miraba confundida, victoria cruzada de brazos expectante esperaba una respuesta, con una sonrisa socarrona.
— Imagínate querida... — respondió Chloe en un tono irónico. — si aceptan descerebradas... ¿Por qué no lesbianas? — el rostro de Vicky se desfiguró en una mueca de disgusto, mientras que Chloe se encogía de hombros despreocupada y yo me partía de risa.
— No sé a qué te refieres. — respondió Vicky cruzándose de brazos. — lo que dices no tiene sentido, no pueden aceptar a personas sin cerebro, ¿Cómo podrían? — dijo confundida. Mi amiga levantó una ceja divertida.
— No sé querida, lo sabrás tú por experiencia propia, ¿Cómo te aceptaron? Salta a la vista que careces de cierto órgano importante, o ciertos, porque tampoco parece que tengas corazón. — respondió Chloe dejándola sin palabras. Vicky la miraba sorprendida y su boca se cerraba y se habría como queriendo decir algo, pero al parecer no tenía nada que decir.
— Vamos Chloe, ya perdiste mucho tiempo... — Chloe se giró hacia mí con una sonrisa victoriosa platanda en el rostro.
— ¡Tienes razón, debemos apresurarnos! ¡Adiós, querida! Recuerda ir a clases a ver si tu cerebro decide aparecer. — le dijo mientras se despedía con la mano y se colgaba a mi brazo dejando a Vicky refunfuñando.
La miré sonriente, agradecida.
— Eres excepcional. ¿Lo sabías? Yo no suelo responderle, creía que la mejor arma contra ella era ignorarla. — Chloe me miró orgullosa de si misma.
— Pues de ahora en más trataré de estar para ti siempre y le haré la recomendación a Jared, para que esa víbora te deje en paz, debemos actuar todos juntos, que sepa que no estás sola, que te respaldamos. — sonreí conmocionada.
— Oh Chloe, si no me incomodaran tanto los abrazos, seguro te abrazaría. — le dije con voz dulce, pero ella pareció entender todo lo contrario.
— ¡Claro que sí! ¡Ven acá! — dijo emocionada abriendo sus brazos y acercándose a mí, intenté retroceder, pero Chloe fue más rápida y me atrapó en sus delgados brazos. — Eso es, amiga. Aquí tienes tu abrazo, no te reprimas, nunca. — rodé los ojos en su cuello.
— ¿Chloe? Nunca pedí un abrazo... — dije soltando un pequeño suspiro.
— Claro que lo hiciste. — respondió ella acariciando mi cabello.
— Chloe, se hace incomodo esto... — miré como los demás estudiantes pasaban a nuestro lado y susurraban cosas. — ahora sí van a creer que somos lesbianas. — me solté de su agarré, ella me miró con una risa divertida.
— Es fácil ponerte incomoda. — se burló de mí. — ¡Y al diablo lo que digan los demás! Tú se feliz. — se encogió de hombros y se acercó nuevamente a mi para colgarse de mi brazo. — ¿Qué clase tienes ahora? — adopte una posición pensativa.
— Amm déjame ver, ah sí, es historia. — dije con seguridad, Chloe sonrió y aplaudió, la miré confundida y sorprendida a partes iguales. — ¿Qué pasa? — levanté una ceja interrogante.
— ¿Qué no te dijo Jared? ¡También le toca la misma clase! Oh guao, el amor. — dijo suspirando exageradamente, voltee los ojos al cielo y la miré nuevamente. Ella asomó la cabeza por la ventana y volvió a girarse hacia mí. — ahí está Jared y está solo, el aula está prácticamente vacía, ve, corre, no dejes que nadie te quite tu puesto. — suspiré rendida, Chloe me empujó hacia la puerta.
— Chloe, puedo ir sola. — me queje. Para mí desgracia ya estaba en la puerta y Chloe se había marchado, Jared me miró sorprendido, pero luego su gesto se volvió una sonrisa y me hizo señas para que me acercará, a paso lento llegue hacia él.
— Hola Ali, ¿Por qué no me dijiste que tenías la misma clase que yo? Te habría esperado y habríamos venido juntos. — miré alrededor, evidentemente a todos se les hacía extraño que Jared estuviera hablándome, a mí, a la que todos le temían, Jared pareció notar mi incomodidad, se levantó y tomo mi bolso y lo puso en el asiento a su lado, lo mire confundida cuando me señaló el asiento a su lado como todo un caballero, abriendo ambas palmas, señalando la silla, sonreí incomoda. — siéntate, por favor Ali. Ignora a todos, ahora somos amigos y los demás se pueden ir al carajo. — dijo él animandome, antes de que pudiera sentarme uno de los amigos de Jared ocupo rápidamente mi puesto, dejándonos a ambos sorprendidos.
— ¿De verdad? Jared, amigo, reacciona. — me dio una mirada indiferente para luego tirar mi bolso al piso, lo mire con el ceño fruncido, furiosa. — ¿Acaso no sabes lo que dicen de este bicho raro? Si te la quieres coger no tienes que ser tan condescendiente con ella... — antes de que pudiera decir algo Jared lo agarro del cuello de su camiseta.
— Primero, imbécil, me gustaría aclarar que no somos amigos y segundo, vuelves a expresarte así sobre ella y te parto la cara, con quién estoy siendo condescendiente es contigo al no romperte tu horrible cara en este momento, ¿Sabes? — el rostro furioso de Jared me dejó perpleja, además, estaba defendiendome, a mí. — ¡Discúlpate ya mismo con Ali! — le gritó Jared apretando su agarre más fuerte. El chico simplemente pudo musitar una respuesta.
— No. — respondió secamente soltando una risa burlona.
Jared levantó una de sus manos en un puño y en menos de nada lo estampó en la cara del chico, lo iba a repetir, pero antes de que lo hiciera lo jale hacía atrás y me abalance sobre él, había tomado un par de clases de boxeo y si sabía cómo propinar un golpe. Sentí como unos fuertes brazos rodearon mi cintura y me alejaron de mi nuevo enemigo, patalee y pelee hasta que él me susurro con voz calmada.
— Ya cálmate, lo lograste, tú ganaste. — dijo Jared intentado calmarme. — de haber sabido que podías hacerlo por ti misma no interfería. — suspiré. — mira como lo hemos dejado, hacemos un excelente equipo, ¿No crees? — solté una leve risita entre jadeos, en lo que mi ira se disipaba.
— Bien, así que los dos se pusieron de acuerdo para golpear a un compañero. — escuchamos una voz a nuestras espaldas, no teníamos que girarnos, estábamos en problemas. Jared me soltó rápidamente y nos giramos al mismo tiempo.
— Maestra lo puedo explicar... — la maestra lo interrumpió levantando la palma de su mano.
— No es necesario, viendo el rostro de mi alumno y habiendo escuchado lo que escuché, no hace falta. — se cruzó de brazos.
— Si maestra, me golpearon solo porque quería sentarme ahí... — dijo el imbécil fingiendo ser la víctima.
— ¡Cállate imbécil! Qué no te golpeamos por eso. — respondí furiosa girándome hacia él.
— ¡Señorita Alison Adams! No le voy a permitir ese tipo de lenguaje en mi salón, y menos frente a mí. — me reprendió la maestra, me gire hacia ella con mi mejor cara de póker.
— Claro maestra. — respondí en tono irónico.
— Los quiero a los dos en la dirección ya mismo. — asentimos rendidos, Jared apretó la mandíbula furioso, mientras que yo clavaba mis uñas en mis manos haciéndome daño para contenerme y no girarme y partirle la cara a ese idiota, un poco más.
Nos marchamos directamente a la dirección, escuchando a lo lejos como la maestra amenazaba a los demás de quién se moviera o hiciera algo que no debiera sería castigado también. Llegamos a la dirección y nos sentamos a esperar a la maestra que pronto apareció con el idiota al que habíamos golpeado a su lado.
— Lo siento mucho... — me susurro Jared a mi lado.
— ¿Por qué? Si todo esto es mi culpa... Si tú no me hubieras defendido... — Jared suspiro y despeino su cabello inconsciente, miré aquel gesto, significaba que estaba exasperado o estresado, quizás ambas, total, era prácticamente lo mismo.
— Ali, soy el único culpable, yo quería que te sentaras a mi lado. No es tu culpa que la gente sea tan idiota. — susurro en respuesta.
— ¡Bueno! Ustedes dos, paren con los susurros. — nos reprendió la maestra. La miré seria.
— Libre expresión, maestra. Es un derecho... No la estamos incomodando, hablamos entre nosotros en susurros precisamente para no molestar. — la maestra me fulminó con la mirada.
— Esto es un instituto decente, y eso que están haciendo es de mala educación, se supone que aquí vienen a aprender. — suspiré rendida, los maestros siempre querían tener la razón. — si algo no le gusta señorita, lo puede decir adentro. — señaló la puerta, me encogí de hombros.
Un alumno salió de la dirección cabizbajo, era nuestro turno, entramos dispuestos a defender la verdad, lo que no sirvió de nada, el imbécil tenía a la maestra de su lado, y no solamente eso, también estaba el comentario que la maestra escuchó, desgraciadamente perdimos la batalla, terminamos suspendidos por una semana, en cambio el estúpido que me ofendió salió victorioso y su mirada de burla lo decía todo, Jared furioso apretaba los puños para contenerse, habían llamado a mi madre y a la hermana de Jared para informar lo que supuestamente había sucedido, salimos del instituto juntos.
— Perdón Ali, por mi culpa te suspendieron una semana. — sonreí encogiéndome de brazos.
— Tú también estás suspendido. — le recordé. Él se rió, me miró como si me viera por primera vez, acto seguido se encogió de hombros.
— No me arrepiento, la verdad lo volvería a hacer si otro imbécil intentará insinuar algo así sobre ti... — lo mire interrogante, con el ceño fruncido.
— ¿Es tan asquerosa la idea de cogerme? — Jared me miró sorprendido, su mano se dirigió a su nuca, nervioso.
— No, lo siento, no. No me mal intérpretes, no me refería a eso. — me crucé de brazos molesta. — Ay, no hagas esto... — pasó sus manos por su rostro, incomodo. — cogerte, ni siquiera sé si me gusta esa palabra... — levanté una ceja. Aún indignada. — mira Ali, eres hermosa, pero no quiero que pienses que yo quisiera, ya sabes, acostarme contigo por todo lo que haces por mí. — lo mire sorprendida.
— Ya veo, entonces si te doy asco. No necesitas inventar excusas. — me gire dispuesta a irme. — me disponía a irme cuando en un movimiento rápido Jared me tomo de un brazo y me jalo hacia él, me miró por un segundo y sus manos volaron a mi rostro, entonces me beso.
El tiempo se detuvo en ese momento, todo a mí alrededor dejo de existir, solo estábamos él y yo, sus labios dulces probaban los míos tanteando mi boca, invitandome a abrirla, así lo hice dejando que su lengua se introdujera en mi boca y danzara junto a la mía causando sensaciones nunca antes sentidas, estaba tocando el cielo en un beso, Jared bajo una de sus manos a mi cintura y me apretó hacia él, suspiré entre sus labios, estaba soñando, ¿Era esto cierto o solo era parte de mi imaginación? No, Jared me estaba besando, estaba segura de eso, podía sentir como su mano acariciaba la piel de mi cintura, levantando mi blusa levemente, el beso se tornó apasionado, obligándonos a separarnos, estábamos en público, debíamos retomar la cordura. Jared me miró, ahora sus dos manos de encontraban en mis caderas, acariciando suavemente mi piel, dejando en ella un cosquilleo.
— Eso fue... wow, se sintió diferente... — dijo extrañado, yo tampoco podía explicar lo que sentía, solo sabía que en mi estómago miles de elefantes festejaban, en una gran fiesta.
Levanté una mano y la puse en mi corazón, él me miró sorprendido.
— ¿Estas bien? — pregunto preocupado. Sonreí.
— Estoy perfectamente, mejor que nunca. — dije aún con una sonrisa boba en los labios.
— ¿Qué le pasa a tu corazón? — pregunto haciendo un gesto con la cabeza.
— Creo que está feliz, es que fue tan inesperado. — él sonrió tiernamente.
— Tampoco me lo esperaba... Es solo que llevo un tiempo sientiendome extraño contigo... Extraño en el buen sentido, lo juro, te pienso, te busco en todas partes. — me mordí los labios conteniendo una sonrisa. — no se qué carajos me pasa, y ahora que te bese solo puedo pensar en volver a besarte, me matan las ganas... — bueno ya, había sonreído, estaba más que feliz. Él también sonrió tontamente, al igual que yo, ambos reímos. — dime algo, me siento muy incomodo. — en lugar de decirle algo agarre su mano y la puse en mi pecho, mi corazón aún acelerado podía sentirse incluso con mi palma encima de la de él.
— Yo también me siento como tú. — él asintió aún con una sonrisa en el rostro.
— ¿Quieres ver qué pasa? — asentí, claro que quería y no pensaba presionarlo, aunque llegará a ser algo pasajero para él, no me quedaría con las ganas, seguiría los consejos de mi amiga y mi madre.
— ver qué pasa suena genial — Jared sonrió y asintió.
— Vamos, tenemos tiempo para un helado y luego a casa... — asentí en acuerdo, él tomó mi mano en la suya y me invitó a caminar de la mano con ese simple gesto. Lo seguí. — Oh... ¿Recuerdas que mamá vendrá este fin de semana por su permiso? — asentí, claro que lo recordaba.
— Por supuesto. — respondí.
— Bueno, como todo esto es gracias a ti, quería invitarte a cenar con mi familia, estará mamá, mi hermana y su esposo, y por supuesto yo. — sonreí nerviosa. — ¿Qué dices? — sus ojos me miraban suplicantes.
— Está bien, si no le molesta a nadie, ahí estaré. — respondí con seguridad.
— ¡Si! ¡Genial! ¡Gracias! — me dio un casto beso en los labios dejándome sin palabras, no sería fácil acostumbrarme.
Este chico se había robado mi corazón hacía mucho y él no estaba enterado, pero yo guardaría el secreto.