Capítulo 9/Confesiones.

2769 Palabras
Mi madre sabía lo que yo sentía por Jared, pero no solo eso, ella también lo entendía y agradecería información su intrusión. Él no lo entendía ahora, pero estaba segura de que le quedaría rondando en la cabeza la proposición de mi madre y haría el esfuerzo por su mamá, él la amaba, a pesar de que a su madre el alcohol le nublará el juicio. — ¡Ali! ¡Espera! — escuché la voz de mi reciente amiga llamarme, me gire, Chloe venía corriendo a mí sin aliento. — ¡Ay por Dios, amiga, caminas demasiado rápido! Te estuve llamando y no me contestaste. Parece que andas en las nubes. — levanté una ceja de modo indiferente, ella me sonrió, haciendo un gesto con la mano para no darle importancia a su reclamo entrelazó su brazo con el mío. — No importa. ¿Qué clase te toca? — fruncí el ceño, ni siquiera sabía a dónde me dirigía, solo estaba perdida en mis pensamientos. — A mi me toca, a ver, por aquí lo anoté. — levantó su celular dejando ver su horario. — ¡Ah sí! ¡Historia y filosofía! ¿Qué no es lo mismo? — asentí divertida. — ¿Entonces para que usar dos palabras para una sola materia? — pregunto confundida. Me encogí de hombros. — No me dijiste, ¿Qué asignatura te toca a ti? — saque mi agenda para ver. Ella soltó una carcajada. Señaló mi agenda. — eres literalmente un genio de la tecnología y escribes tu horario de clases en una agenda... — suspiré rendida. — Me toca historia y filosofía. Igual que a ti. Vamos. — la agarre del brazo y la arrastre detrás de mí. — ¡Espera! No me respondiste. — me detuve, le di una mirada de resignación y exasperación. — Bueno, mi computadora se había dañado y aquí no suelen dejar utilizar el móvil. — me encogí de hombros. — ¿Contenta? — ella asintió sonriente. — ¡Si! ¡Me parece genial que nos toque esta clase juntas! — aplaudió eufórica. — ¿Te vas a sentar a mi lado? — la miré con un gesto indiferente y volví mi vista al frente. — Si sigues así, preferiría sentarme con Victoria. — Chloe se puso la mano en el pecho simulando que le dolía. — Eres cruel, Alison Adams. — sonreí y negué con la cabeza. — Y tú eres un gran grano en el cu... — Wow, nunca pensé escucharte hablar así. — me quedé paralizada en mi lugar, con los ojos como platos. Chloe soltó una sonora carcajada y se giró. — Oh, hola Jared. Y eso que no las has escuchado mientras está borracha, ella dice cosas como... — me apresure a tapar su boca con mi mano mientras ella seguía balbuceando palabras inentendibles. Jared me miró sonriente. — Que aguafiestas eres, Adams. — me sorprendí al escucharlo llamarme por mi apellido y mucho más al ver que su actitud conmigo había cambiado. — quería escuchar eso... — miró a mi amiga que babeo toda la palma de mi mano, quite mi mano de su boca con un gesto de asco en el rostro. Ella me sonrió divertida. — Que asco, Chloe. — ella se rió de mí y se encogió de hombros. — Tenía miedo de que no reaccionaras y me ahogaras con tu mano. — la fulmine con la mirada. — ¡Tenía que hacer algo por mi vida! — Jared se rió de su comentario. — Bueno, ella tiene razón. — lo mire molesta. Se estaba burlando de mí. Miró a mi amiga. — ¿Te la puedo robar un minuto? — Chloe asintió sonriente. — ¡Claro que sí! ¡Ya me estoy yendo! ¡Cuídala por mí, chico malo! — dijo para luego darle una fuerte palmada en la espalda a Jared, dejándonos a ambos desconcertados. Una vez Chloe estuvo lo suficientemente lejos Jared hablo. — ¿Podemos ir a otro lado? Aquí todo el mundo nos mira. — me crucé de brazos indignada. — Si te da vergüenza que te vean conmigo, no deberías acercarte a mí. — dije en tono molesto. Jared negó rápidamente con la cabeza y me agarró de la mano, tomándome por sorpresa. — No me da vergüenza que me vean contigo, solo estoy siendo precavido, no quiero que nos escuchen. — me arrastro por el pasillo hacía la salida del instituto, lo más lejos posible de todos los curiosos que al vernos empezaban a murmurar. — creo que aquí estamos seguros, miró a nuestro alrededor, aún inseguro. — sí... Bueno, eh, lo que quiero decirte es que hablaré con mi madre, trataré de convencerla para que asista a la fundación de alcohólicos anónimos... — suspiro, lo mire sorprendida, sonreí orgullosa. — No quiero que nos quedemos sin un hogar, ya hemos perdido mucho. — lo jale hacía una banca un poco alejada de la entrada del instituto. Nos sentamos y él me miró con gesto triste. — ¿Crees que tu madre pueda ayudarme? — tome su mano en un gesto de apoyo. — Mamá puede ayudarte, si tú quieres que te ayude. — él asintió aún inseguro. — Ali, tengo miedo. — despeino su cabello con su mano libre. — estoy muy nervioso, quiero empezar de nuevo, que mi madre vuelva a ser lo que solía ser, aunque yo nunca la haya conocido en realidad. — suspiro cabizbajo, luego levantó su mirada hacía mí. — mi hermana decía que ella era dulce y atenta, pero yo no puedo recordarlo. — pequeñas lágrimas de melancolía se escaparon de sus ojos. Se las seco y se rió, dejándome confundida. — mírame, que patético. Dije que no confiaría en ti, pero aquí estoy, contándote mi vida, abriéndome a ti. ¿Y para qué? Seguramente para que uses todo contra mí. — suspiré y negué con la cabeza. Pose ambas manos sobre las suyas. Jared agachó la mirada. — No. Nunca haría eso. Dime, ¿De qué me serviría? Mírame, Jared. — él me miró con ojos vidriosos. — No lo sé, ya no sé nada, Alison. Mi vida es patética, es deplorable, quizá tienes razón de nada te serviría... — suspiro. — solo soy el chico sombrío que todos quieren conocer porque les genera intriga. — me miró y se rió. — Creo que si no contamos el hecho de que todos te temen, podríamos estar viviendo el mismo caso. Dos inadaptados. — lo mire sorprendida. — lo siento, no quería ofenderte. Me encogí de hombros y le sonreí. — No te preocupes, tienes razón. Lo somos. Y quizá esa sea la razón perfecta para unir fuerzas. — él me miró sorprendido. — piénsalo, no eres el tipo duro y frío que eres con todos ellos y yo tampoco soy la loca despiadada que amenaza a todos con robar y compartir información privada, lo cierto es que no sería capaz de hacerle eso a alguien... — Jared me miró con curiosidad. — Somos el uno para el otro. — dijo desviando su mirada de mí, me sorprendí, su frase aunque no haya sido lo que quería decir, mi corazón la entendía cómo quería y se aceleraba como un tonto, lleno de ilusión. — tal para cuál, podríamos ser los mejores amigos. — me miró sonriente, le devolví la sonrisa. — Si, podríamos ser buenos amigos. — o más, me dije a mí misma. — ¿Qué es lo que haces con la información de los demás? — pregunto curioso. Lo miré levemente sorprendida. — lo siento, solo quiero saber que mi información esta segura en tus manos... — asentí. — Bueno, normalmente solo interfiero en los datos de otros cuando son abusadores... — Jared levantó una ceja interrogante. — por ejemplo, si hay un chico presumiendo fotos de una chica desnuda. — me encogí de hombros, Jared sonrió y me miró con un deje de orgullo en su mirada. — no necesito escucharlos para saberlo, aunque la mayoría de veces sucede así, escuchó a la chica llorar, mientras que el cretino anda enseñando fotos o vídeos... — Jared asintió entendiendo a lo que me refería. — Siempre odie que hicieran eso... — sonreí, lo sabía, y era por eso también que me gustaba, él era diferente. — si amas tu cuerpo, debes cuidarlo. — me miró sonriente. — cuando alguna chica me enviaba sus fotos, no las descargaba. — se encogió de hombros. Me moría de celos, pero sabía que era totalmente cierto. Jared no lo hacía porque su hermana había vivido situaciones así de comprometedoras, donde tuvo que cambiar de número es incluso cerrar sus redes, cuando lo supe busque a los culpables, borré todo lo que tuvieran de ella y dejé un pequeño intruso en sus aparatos, celulares, computadoras... Lo que pudiera infectar con un virus. — Es muy caballeroso de tu parte, ningún chico haría algo así. — él asintió. — Lo sé, por eso lo hago, no quiero ser como los demás. — me miró con una sonrisa deslumbrante. — y imagino que cuando encuentras algo así, haces algo al respecto... ¿No? — asentí divertida. — Soy mujer, debo vengar a las mías. — Jared soltó una carcajada y asintió, invitandome a proseguir. — solo infectó sus celulares y computadoras. — él me miró sonriente. — Que miedo ser tu enemigo. — dijo divertido, lo mire con una sonrisa pegada al rostro. — Tú nunca podrías ser mi enemigo. — el me miró interrogante. — es que con lo que dices... — No tienes que fingir. — me dijo interrumpiendome. — se qué sabes muchas cosas de mí, así que no tienes porqué abstenerte. Me molesta un poco no saber porque lo hiciste, pero supongo que no soy el único al que investigaste, así que trataré de no hacerlo personal. — lo mire ilusionada. — Gracias, Jared. — él asintió — Está bien, tratemos de llevarnos bien, de ahora en adelante.— dijo él. Asentí y extendí una de mis manos hacía él. Sonrió y la estrecho. — Trato hecho. — dije sonriente. — Genial. Entonces es un trato. — soltó mi mano y se levantó. Me levanté justo después de él. — no te retengo mucho más tiempo, Alison. — despeino mi cabello. — nos vemos luego, iré a clases, deberías hacer lo mismo. — asentí en respuesta, él me sonrió y se fue. Me quede ahí parada pensando en el momento que habíamos compartido. Jared quería que le ayudará y más importante aún, quería ser mi amigo, cosa que me alegraba inmensamente el corazón. Mire la hora en mi teléfono, llegaría tarde a clase y probablemente el profesor me regañara delante de todos mis compañeros, prefería no llamar la atención así que me fui a la biblioteca, allí había silencio y podía usar mi laptop sin ningún problema. En mis ratos libres simplemente me ponía a aprender cualquier cosa en programas, me desafiaba a mí misma, además tenía que incrementar la seguridad de mis datos ya que Chloe había derrumbado mi seguridad en menos de un minuto y descubierto mis datos más importantes y eso no pasaría dos veces. Agregué todo tipo de seguridad posible, más tarde me divertiria mucho cuando le pidiera a Chloe que intentara acceder a mi información, reí de solo pensarlo. — No se porque, pero supuse que estarías aquí y acerté. — me gire para ver al dueño de esa voz, Jared estaba detrás de mí mirándome con curiosidad. — ¿Qué haces? — pregunto antes de sentarse a mi lado. — Ah, eh, yo... Solo incremento la seguridad de mis datos personales... — él sonrió y se acercó a la pantalla. — ¿Tú no ibas a clases? — me miró con una sonrisa plantada en el rostro. — Si, pero ni siquiera pude ingresar, la profesora me lo impidió. — soltó una suave risa. — por eso te estuve buscando por todo el instituto, hasta que se me ocurrió que podrías estar aquí, por el silencio... — Ya veo, fue la vergüenza que yo me evite pasar. — dije divertida. — los profesores de hoy en día son así. — me encogí de hombros. — Si, puede que tengas razón... — miró la pantalla de mi laptop nuevamente. — ¿Ya terminaste? — sonreí y negué con la cabeza. — Oh, bueno, esperaré... — lo mire intrigada. ¿Esperar para qué? Me gire hacía él con gesto interrogante. — ¿Esperar a qué, exactamente? — pregunte intrigada. Él sonrió divertido. — Bueno, a que termines para ir a tu casa. — mis ojos se abrieron como platos por la sorpresa. — espera, no me mal intérpretes. — hizo un ademán de manos. — ¿A que irías a mi casa? — pregunte confundida. — Bueno, te dije que había decidido aceptar la ayuda de tu madre y pensé que sería mejor que yo fuera personalmente a decirle, y darle las gracias. — solté un suspiro, ahora lo entendía. Jared se frotaba la nuca en un gesto nervioso. — Discúlpame, no lo había entendido, me parece una idea genial. Podemos ir después de terminar el día de clases. — él sonrió y asintió en un gesto de confirmación. Una vez terminaron las clases Jared me espero fuera, cuando salí agarrada del brazo de Chloe lo vi ahí, parado con las manos en los bolsillos, tan pronto me vio me regaló una sonrisa calurosa. — Hey. — nos saludo. — ¡Ay, había olvidado que Jared vivía al lado de tu casa! — dijo Chloe con un tono eufórico. Jared la miró extrañado, me di una palmada en la frente, estresada, ella no tenía filtro. Chloe agarro a Jared del brazo y lo engancho con el suyo, hizo lo mismo conmigo, quedando ella en medio de ambos. La miré con gesto molesto, pero ella simplemente decidió ignorarme. — ¡Iremos los tres juntos! — grito arrastrandonos a ambos con ella. — Genial. — dije con tono irónico... Chloe no se había callado en todo el camino, intentaba sonsacarle información a Jared, pero le era imposible, Jared era de pocas palabras y hasta ahora a nadie le había dicho de su vida privada, a excepción de mí, cosa que me hacía sentir orgullosa de mí, con lo poco que sabía, era seguro que sabía mucho más que muchos de sus amigos. — Jared. — dijo mi amiga llamando la atención de nuestro acompañante. — no puedes estar tan callado, igual te aviso que no es que me pierda de mucho porque yo sé... — tape su boca con mi mano rápidamente. Jared me miró extrañado, con el ceño levemente fruncido, Chloe quito mi mano de su boca y me fulminó con la mirada. — porque yo sé... — la miré con un gesto evidente de total preocupación. — que tú — continuó dejando pequeños intervalos de segundos que parecían horas, ambos estábamos suspendidos a sus labios, esperando que continuará. — no escondes muchas cosas, eres un chico de bien. — sonrió como burlándose de ambos. Jared me miró intrigado, suspiré y le hice un gesto expresando mi desconcierto. Chloe por su lado seguía caminando feliz. Una vez llegamos al barrio donde vivía Chloe se soltó se ambos y tomo nuestros brazos enganchandonos el uno al otro. La miramos anonadados. Ella aplaudió y nos miró a ambos. — ¡Hasta aquí llegó yo, queridos míos! Fue un placer haberlos acompañado hoy. Qué les vaya bien en su camino. — nos dijo adiós con la mano y antes de entrar a su casa nos dio un empujón a ambos como indicándonos que debíamos irnos, ambos extrañados nos miramos confundidos sin decir una palabra, aún así los dos caminamos con nuestros brazos enredados, podía sentir la mirada de Chloe a nuestras espaldas, sabía que quería ayudarme, pero esto era demasiado evidente. — Tu amiga tiene mucha energía, ¿No crees? — me dijo Jared rompiendo el silencio incomodo. Carraspee la garganta. — Eh sí, ah mucha. — él sonrió. — Es raro verte con una amiga, sabes... — lo mire curiosa. Él prosiguió aún sonriente. — es que como todos te tienen miedo. — asentí y suspiré. — Chloe no tiene que tener, ni siquiera tiene r************* , y su celular es de lo más obsoleto que puedas imaginar, con decirte que nos enviamos mensajes de texto. — dije divertida. Jared me miró sorprendido. — Increíble. ¿En verdad es así? — asentí divertida. La conversación se volvía cada vez más interesante, y la compañía más cómoda, ya no había rastro de su disgusto.
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