Nilo Estos días han sido una pesadilla para los dos, nos hemos levantado a las tres de la madrugada y nos acostamos cerca de la medianoche agotados a más no poder. Nos ordenaron hacer miles de cosas en medio de la celebración ya que no solo debimos atender las obligaciones del padre Pio, sino que también nos pidieron ayuda en otras iglesias al ser temporada alta en turismo, así que las misas se tornaban sempiternas para nosotros y para colmo, las comidas debíamos devorarlas en tres cucharadas y enseguida correr a atender la siguiente obligación, suponiendo que no estuviéramos en una lancha rumbo a otro lugar siendo esos pocos minutos un alivio antes de la tormenta. Por suerte logramos quitarnos un peso de encima en cuanto recibimos una llamada de Enrique informándonos que Josh fue encon