Josh Una suave brisa acarició mi brazo, era cálida, confortable. Froté mis ojos intentando abrirlos aunque deseaba seguir durmiendo un poco más y fue al moverme, cuando algo me apresó consiguiendo que despertara del todo, era Elio quien me abrazaba. Seguíamos en la habitación del hotel, pero no solo eso, sino que también estábamos desnudos bajo la sábana con la matutina erección asomándose en cada uno, misma que me hizo correrme un poco al querer salir, pero él, todavía dormido, me sujetó con más fuerza al igual que a la almohada. De pronto quedé absorto en los recuerdos al divisar los lunares de su rostro llegando a recorrerlos con la punta del índice hasta su espalda, su piel era muy suave, tan blanca como la nieve y su adusto semblante se mantenía aun dormido sacándome una curiosa so