La lista de cosas sobre las que quiero hablar con Dustin se alarga cada vez más y hoy es el día de dejar todo claro. Estamos desayunando los tres en la cocina, papá no ha soltado el ordenador para buscar los mejores distribuidores y alguien que le haga el cartel, mientras mamá se está haciendo un café y yo me como las tostadas. Estoy terminando cuando suena el claxon del Mazda de Dustin. Los dos me miran y yo me encojo de hombros, le dije explícitamente que yo podía ir sola. —Creo que te está esperando. "Pues ya puede esperar" pero no lo digo, solo asiento y salto lejos del taburete haciendo un recorrido de besos en la mejilla antes de colgarme la mochila a un hombro. —Hasta luego. —¡Adiós! ¡Que tengas un buen día! Sí, seguro. Hoy tengo que seguir estudiando y me estoy arrepintiendo